ESPECIE INVASORA

Los cambios en el uso del suelo alientan la plaga de topillo campesino

El pequeño roedor, antes limitado a zonas húmedas de montaña, ha colonizado millones de hectáreas en Castilla y León en los últimos años

Los cambios en el uso del suelo allentan la plaga de topillo campesino

Los cambios en el uso del suelo allentan la plaga de topillo campesino / periodico

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El topillo campesino (Microvus arvalis), un pequeño roedor que se ha expandido en los últimos años por Castilla y León hasta constituir una auténtica plaga agrícola, ha colonizado nuevos territorios impulsado por un cambio en los usos del suelo, especialmente por la introducción de cultivos de regadío, según muestra un estudio encabezado por biólogos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El topillo se repartía hasta 1970 por diversas zonas de montaña de la península Ibérica, especialmente en Pirineos y el Sistema Central, pero en las dos últimas décadas ha colonizado varios millones de hectáreas de llanuras agrícolas, con una recurrencia de plagas una vez cada cinco o seis años.

El estudio del CSIC se ha publicado en la revista especializada Biological Invasions.

La clave, dice el estudio, es el incremento de hábitats idóneos para este roedor, como los cultivos de alfalfa y los cultivos de regadío. "Estos paisajes, que son muy favorables para que se asiente el topillo, ahora forman parte de los ecosistemas agrarios de esta zona. Por tanto, es necesario encontrar métodos de prevención y control de plagas que sean duraderos, económicamente viables y que no sean dañinos para el medio ambiente", explica uno de los coordinadores del trabajo, François R. Mougeot, investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas, centro del CSIC en Almería.

La mayor presencia de este roedor ha ocasionado daños a la agricultura y ha contribuido a la transmisión de enfermedades en humanos como la tularemia (propia de pequeños roedores y que en el hombre puede provocar fiebre alta, inflamación de los ganglios linfáticos, vómitos, diarrea…). También, señalan los autores del trabajo, ha creado conflictos por los métodos empleados para luchar contra estos animales y los perjuicios que ocasionan a otras especies, como ocurrió durante la plaga de topillo campesino de 2007-2008.

El siguiente paso que se propone este equipo científico es entender mejor las dinámicas poblacionales de los topillos y qué provoca un aumento poblacional en las zonas agrícolas que ya están colonizadas. "Esto permitiría anticipar próximas plagas, y buscar mejoras en las herramientas de control y prevención", concluye Mougeot.