Nueva promoción de los halcones de Barcelona

La población de halcones peregrinos en Barcelona y su entorno más cercano cuenta esta primavera con una nueva pareja reproductora que se suma a las cinco ya existentes el año pasado. En total, durante el mes de abril, el momento habitual de eclosión de los huevos, nacieron 11 pollos, destacan Sergi García y Eduard Durany, de la asociación Galanthus, coordinadores del programa de reintroducción de la especie iniciado en 1999. Los últimos halcones 'autóctonos' desaparecieron en la década de los 70 del pasado siglo.

Las poblaciones fluctúan dependiendo del año en función del número de parejas y su éxito reproductor, pero están "totalmente consolidadas", añaden. Con la llegada del mes de mayo, los polluelos empezaron a volar y, si todo funciona con normalidad, en breve iniciarán una vida por su cuenta. "Aprenden rápido a cazar y a alimentarse", afirma García.

Destaca como novedad de este año el asentamiento de una pareja en las instalaciones de una empresa de distribución de grano en el puerto. Curiosamente, ocupan una caja-nido colocada por los especialistas de Galanthus hace más de una década pero que nunca había tenido inquilinos. Este año han nacido allí dos pollos. La hembra reproductora simboliza el éxito del programa de reintroducción: "Nació el año pasado en el edificio Realia de L'Hospitalet y este ya ha criado", dice García.

A poco más de un kilómetro, una corta distancia para una especie tan territorial, otra pareja de halcones ha tenido otros dos descendientes en el acantilado del Morrot, en la ladera de Monjuïc que da al mar. Los otros nacimientos se han producido en la Sagrada Familia (4 pollos), Torre Realia (2) y torre de la térmica de Sant Adrià (1), según el registro de Galanthus. En el último emplazamiento, uno de los pollos falleció.