Ecuador prepara la explotación de petróleo en una reserva amazónica

La decisión certifica el fracaso del proyecto de patrocinio internacional para preservar el parque

Miembros de una de las comunidades indígenas que viven en la Reserva de la Biosfera de Yasuní, en la Amazonia ecuatoriana.

Miembros de una de las comunidades indígenas que viven en la Reserva de la Biosfera de Yasuní, en la Amazonia ecuatoriana. / DO LM**MEX** AL**MEX**

ALBERT GILBERT / Buenos Aires

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"La naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales", dice el artículo 71 de la Carta Magna ecuatoriana. A modo de catequesis, el Gobierno de Rafael Correa no ha dejado en los últimos años de promover los sermones y recomendaciones de su Constitución Verde.

El texto se ha construido sobre un pilar: la idea del "buen vivir", que promueve "un modelo económico incluyente, la igualdad (...) y el reconocimiento y la valoración de los pueblos y de sus culturas, saberes y modos de vida". Sin embargo, sobre la portada de la Constitución Verde se proyecta ahora una luz roja de alarma. La retórica de la conservación empieza a darse de bruces con las necesidades de una economía dolarizada.

Esto ha quedado en evidencia con la decisión de Correa de pedir al Congreso ¿donde Alianza País, su partido, tiene la mayoría¿ permiso para explotar tres campos de petróleo llamados Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT). Se trata de 982.000 hectáreas de la cuenca del alto Napo en el Parque Nacional Yasuní, en plena Amazonia. La sociedad, que en parte había hecho suya la prédica ambiental, se ha polarizado otra vez.

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