La contaminación es la tercera causa de mortalidad en Francia

Las partículas finas provocan 48.000 víctimas al año, tras el tabaco y el alcohol

París bajo la contaminación, en marzo del 2014.

París bajo la contaminación, en marzo del 2014. / periodico

EVA CANTÓN / PARÍS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La contaminación de la atmósfera es responsable de 48.000 muertes al año en Francia y es la tercera causa de mortalidad tras el tabaco (78.000 decesos) y el alcohol (49.000), según un estudio de impacto sanitario publicado este martes por la Agencia de Salud Pública francesa.

Las partículas finas están detrás del 9% de los fallecimientos, de numerosas patologías, problemas respiratorios y de una menor esperanza de vida, que puede llegar a reducirse hasta dos años en las ciudades más contaminadas. Aunque sus efectos son mayores en las urbes con más de 100.000 habitantes –donde la esperanza de vida es hasta 15 meses menor-, las ciudades pequeñas, e incluso las áreas rurales próximas a zonas industriales, tampoco se libran de sus consecuencias.

Los expertos esperan que este estudio aumente la conciencia de las autoridades públicas y recuerdan que, a pesar de la alarma que crean los picos de contaminación, la mayoría de las muertes (entre el 85% y el 100%) se deben a la polución diaria, la que no supera los umbrales permitidos. “Incluso en niveles poco elevados, las partículas finas tienen efectos inflamatorios y contribuyen al desarrollo de enfermedades crónicas”, señala Sylvia Medina, coordinadora del programa ‘Aire y salud’.                    

Actualmente, la directiva europea 2020 fija el tope en 20 microgramos de partículas por metro cúbico mientras que la Organización Mundial de la Salud lo sitúa en 10. De reducirse hasta los 5 microorganismos, en Francia podrían evitarse 34.000 muertes prematuras anualmente, según los autores del estudio. Para ello sería imperativo rebajar la dependencia de las energías fósiles.  

PLAN ANTIPOLUCIÓN DE PARÍS

En París, donde la alcaldesa Anne Hidalgo libra desde hace tiempo una batalla contra el diesel, prohibirá a partir del próximo 1 de julio la circulación de los coches matriculados antes de 1997, aproximadamente un 10% de los vehículos, una restricción que se impuso ya en el 2015 para los camiones, autobuses y autocares más contaminantes.

El ministerio francés de Ecología, por su parte, expedirá seis certificados para clasificar los vehículos en función de su nivel de emisiones, según el diario ‘Les Echos’. Se trata de unas viñetas de colores que deberán estar visibles en el parabrisas del vehículo para comprobar que los que circulen por la capital francesa tienen autorización para ello. A partir del 1 de octubre, quienes incumplan la normativa harán frente a multas que oscilan entre los 35 y los 135 euros.

Las medidas de la Alcaldía de París han generado las protestas de la asociación 40 Millones de automovilistas, que ha recurrido a la justicia para denunciar el plan antipolución de Hidalgo al entender que castiga a los automovilistas con menos recursos.