PROYECTO AIRUSE LIFE

Científicos europeos proponen limitar la circulación de los vehículos diésel más antiguos

Un programa con participación del CSIC elabora un conjunto de recomendaciones para frenar la contaminación

Panorámica nocturna de la ciudad de Barcelona desde el Observatorio Fabra, en un día de gran contaminación

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Científicos de diversas instituciones europeas de investigación, entre ellas el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han entregado a la Comisión Europea y a diversas instituciones estatales y regionales una serie de recomendaciones para reducir la contaminación por partículas en suspensión en las ciudades del sur de Europa. Entre ellas destacan la limitación de circulación de los vehículos diésel más antiguos, la creación de zonas de baja emisión en las ciudades y la optimización de las calderas.

Estas conclusiones se engloban dentro del proyecto Airuse Life+, cuyo estudio se ha desarrollado durante los últimos tres años en Atenas (Grecia), Barcelona (España), Oporto (Portugal), Florencia y Milán (Italia), según el comunicado remitido ayer por el CSIC.

Xavier Querol, investigador del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua de Barcelona (Idaea) y coordinador de Airuse Life+, afirma que este tipo de contaminación es más relevante en el sur que en el norte de Europa. "El hecho de que la lluvia sea menos abundante en el las ciudades del sur hace que la atmosfera no se limpie y las partículas estén continuamente en suspensión", señala.

Una de las recomendaciones que han trasladado los científicos a las autoridades consiste en certificar las estufas, calderas de biomasa y pellets (un tipo de combustible granulado alargado y prensado a base de madera) que se comercializan. "Es clave su regulación ya que algunos de los pellets que se están utilizando, como los de madera reciclada, arrojan niveles muy importantes de contaminantes y actualmente no hay ninguna certificación en los países del sur de Europa", apunta el investigador.

Entre las recomendaciones también se menciona el riego de las calles tres o cuatro horas antes de la hora punta del tráfico para reducir las resuspensión de las partículas, el uso de nanopolímeros para evitar la creación de polvo en parques de tierra, la implantación de zonas de baja emisión en las ciudades a las que se prohíba la entrada de los vehículos más antiguos que consumen diésel y medidas para favorecer la entrada de coches eléctricos, entre otras.

En España, estas recomendaciones se han trasladado al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, al Departament de Medi Ambient de la Generalitat de Catalunya y a los ayuntamientos de Barcelona y Madrid.

Además, los científicos han revisado las medidas que se aplican en las ciudades del norte y el sur de Europa para comprobar su eficacia. Así han llegado a la conclusión, por ejemplo, de que Alemania es uno de los pocos sitios donde la implantación de zonas de baja emisión ha sido efectiva.