Agricultura descarta que los fertilizantes de El Prat causaran el mal olor en Barcelona

El Departament d'Agricultura de la Generalitat descarta que el origen del olor pestilente olor pestilenteque el miércoles se extendió por Barcelona y otros municipios del área metropolitana de Barcelona sea una finca del Parc Agrari del Baix Llobregat, en el municipio de El Prat, tal como se había informado la víspera.

Técnicos del Departament d'Agricultura han visitado esta mañana las zonas del Parc Agrari donde en los últimos días se han aplicado fertilizantes orgánicos. Durante la visita se ha podido comprobar que la aplicación de los fertilizantes se ha realizado "de manera correcta" en una superficie aproximada de tres hectáreas "y que en este momento se están incorporando al suelo, que es una práctica habitual y totalmente recomendable en estos casos".

Los especialistas consideran que la aplicación de estos fertilizantes no pueden ser el origen de los olores que se percibieron en una gran parte del área metropolitana de Barcelona, en muchos casos a más de 10 kilómetros de distancia. "No puede ser que la aplicación de abono en un campo de estas dimensiones pueda ocasionar el problema tan lejos", comenta Jordi Gòdia, subdirector de Agricultura.

Gòdia asegura no tener una alternativa que explique el origen, "pero no han sido estos fertilizantes". Estos productos orgánicos se emplean profusamente y desde hace años, sin que jamás haya habido un problema de estas dimensiones, añade.

La aplicación de fertilizantes orgánicos, prosigue el Departament d'Agricultura, "es una práctica necesaria y recomendable para mantener la fertilidad de los suelos, el contenido de materia orgánica, mejorar la estructura del suelo y devolver los nutrientes exportados con los cultivos". Esta es una de las épocas más indicadas para hacer estas aplicaciones, ya que se inician los ciclos de los cultivos.

La zona agrícola del Baix Llobregat es un área de producción hortícola intensiva que es muy demandante de este tipo de fertilizantes orgánicos. Esta práctica constituye una forma sostenible de mantener la fertilidad orgánica de los suelos al priorizar "el reciclaje de fertilizante de tipo orgánico frente a los fertilizantes químicos", concluye Agricultura.