Sociedad 100% digital con nuevos valores

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Internet, tal como lo conocemos hoy, apareció en 1995 y sorprendió a la Generación X (nacidos en los 60 y los 70), de modo que su comportamiento digital ha sido adquirido, mientras que las dos generaciones siguientes ya han sido nativas digitales. A pesar de ello, hay diferencias entre los miembros de la Generación Y o 'millennials', nacidos en los 80 y 90, y las que hoy tienen 15 años o menos, la denominada Generación Z. Esta última está creciendo y desarrollándose física y mentalmente con un dispositivo permanentemente conectado, en un momento en el que contenidos de todo tipo se publican a velocidades de vértigo. Por ello, la Generación Z se considera la primera auténticamente digital en el sentido que usa internet como una prolongación más de su cuerpo.

Los y las 'millennials' serán protagonistas del mercado laboral en los próximos años, pero deberán pensar en un mundo 100% conectado dominado por sus sucesores.

Según la mayoría de estudios de consultoras como Deloitte que miden el comportamiento de estos grupos, los 'millennials' tienen hábitos de consumo poco fieles y suelen vivir al día. Intentan compaginar vida personal y profesional, sin sacrificar ninguna ellas, además de valorar y dar prioridad a empresas innovadoras. Otra de sus características es la adopción de un modelo de liderazgo, que podríamos considerar femenino, ya que persigue la transformación más allá de los logros económicos, incluso de la reputación entre sus iguales.

Las organizaciones muestran preocupación por la excesiva voluntad de cambio de esta generación, que ya empieza a ocupar puestos de responsabilidad. No son fieles, ya que les importa más su carrera profesional que la de la compañía a la cual sirven temporalmente. No les falta razón, pues en los últimos años las empresas han procurado más por su propia salvación financiera que por la creación de riqueza en la sociedad, despidiendo trabajadores y rebajando sueldos a menudo en contra de retener el talento que, paradójicamente, les es más imprescindible para su viabilidad.

Una forma de atraer a los y las 'millennials' es, sin duda, ofrecerles un entorno de innovación donde desarrollar proyectos transformadores que, además, son la premisa para asegurar el futuro. Esto es especialmente importante en el caso de la digitalización, que ya está incidiendo transversalmente en todos los sectores, abriendo grandes oportunidades para nuevos negocios que pueden ser más adecuados a los valores del siglo XXI.

La sociedad red ha llegado a un estado avanzado en todo el planeta, con un porcentaje crítico de ciudadanía conectada que se estima alcanzará entre el 70 y el 90% de la población mundial para el 2020. La cultura digital ya hace tiempo que está transformando la economía, la política, el periodismo o la educación, entre otros ámbitos. Los cambios que se producen en la sociedad afectan a las organizaciones en su conjunto y a los individuos en su papel de ciudadanos y profesionales. La demanda de profesionales y directivos formados en este nuevo modelo y capaces de liderar esta transformación no deja de aumentar.

El reto para esta generación bisagra es aprovechar la experiencia de los séniors nacidos en los 60-70, al tiempo que conducen la transformación, que ya se empieza a intuir, para dar respuesta a las demandas de una sociedad plenamente digital donde predominan nuevos valores. La digitalización permite una sociedad más igualitaria promovida por la democratización de las redes y la capacidad de expresarse en libertad globalmente gracias a internet. Pero el uso que cada individuo y cada sociedad haga de estas herramientas no es automático. Las habilidades innatas de las generaciones Y y Z no deben engañarnos. Sin intencionalidad y orientación de las herramientas al servicio de objetivos concretos, no conseguiremos la transformación social y económica.

Para conseguir el cambio, la educación y la formación deben ser de por sí transformadoras. Por un lado, promoviendo valores en alza: la sostenibilidad ambiental y la sensibilidad social, además de valorar la ética, la flexibilidad, la colaboración, la innovación y la meritocracia en el trabajo. Por otro lado, en la propia metodología docente, debemos introducir elementos de transformación.

Es importante, y conecta con la forma de funcionar de los nativos digitales, por ejemplo, diseñar programas donde se aprenda haciendo ('learning ') si es posible en entornos reales con la ayuda de mentores, algo muy valorado por la generación 'millennial'. Otra característica que da resultados muy positivos es la co-creación entre generaciones, porque cada una tiene experiencias y mapas mentales distintos con los que analizan la realidad pero que unidos nos hacen más adaptables y poderosos como colectividad.

Estamos en una sociedad que ya no es de masas, como se consideraba en el siglo XX, sino en una suma de personas, diversas y diferentes que, por voluntad propia y con la ayuda de las tecnologías disponibles, pueden cambiar no solo la forma y naturaleza de los negocios, sino el conjunto de la sociedad.