'Fintech': la banca no siempre gana

Enric
HERNÀNDEZ

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El impacto disruptivo de la revolución digital amenaza con no dejar títere con cabeza en la inmensa mayoría de los negocios tradicionales. Los viajes, el transporte de pasajeros, el comercio, la distribución y el sector de la comunicación, por citar solo algunos ejemplos, están experimentando una transformación sin precedentes, forzados por el cambio en los hábitos de consumo y por la aparición de nuevos operadores que compiten con los actores de siempre. Y la banca, aquejada de una grave crisis reputacional por su responsabilidad en la crisis financiera y por el inicuo reparto de los costes de la misma, no será una excepción.

El fenómeno de las compañías 'fintech' ('finance and technology') no es estrictamente nuevo, pero su eclosión durante los últimos años presagia o atestigua, según los casos, un radical cambio de paradigma en el consumo de servicios financieros. Con acierto y éxito dispares, muchos bancos a la vieja usanza han aprovechado los procesos de concentración y las reestruraciones motivadas por la crisis para digitalizar su oferta y sus procesos internos a fin de hacer frente al 'tsunami fintech'pero en el combate con sus nuevos competidores arrastran algunos lastres. Como el deber de seguir atendiendo a los clientes de mayor edad y menos digitalizados, que aferrados a su libreta de ahorro siguen acudiendo a las sucursales bancarias. Como la reducción de márgenes en el negocio financieros, fruto de los bajos tipos de interés. O como el clásico enfoque holístico de su estratregia, basada en fidelizar al cliente gestionando a un tiempo sus nóminasrecibos, créditos, ahorros, seguros, inversiones...

Al ofrecer servicios más segmentados, las 'fintech' pueden ganar en eficiencia rentabilidad, empoderando de paso a un ahorrador/inversor cada vez más remiso a sentirse rehén de una sola entidad financiera. De la magnitud de este cambio inminente da fe un reciente estudio de PwC (la antigua PriceWaterhouseCoopers), que estima que en los próximos años el sector financiero tradicional perderá entre el 24% y el 33% de su volumen de negocio. La banca, como se ve, no siempre gana.

Pero la desintermediación financiera, espoleada por la aparición de la tecnología 'blockchain', también comporta amenazas. Gigantes tecnológicos como GoogleFacebookAmazon Apple tienen la tentación de convertirse en la nueva banca, y el imperio del algoritmo acelerará los movimientos de capital por todo el mundo, con el consiguiente riesgo de nuevas crisis financieras. Sin una regulación global y rigurosa, las finanzas serán más inseguras.

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