¿El fin de la banca?

Primero la mecanización y después la digitalización han estado presentes de forma intensiva en la evolución de la banca. Pero la disrupción digital actual no es un tema solo de adaptación tecnológica, que también, sino de amenaza al modelo de negocio

¿El fin de la banca?_MEDIA_2

¿El fin de la banca?_MEDIA_2

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Estamos en los últimos años de la banca tal como la conocemos? Los elementos disruptivos se presentan con tanta fuerza y son tan inevitables que pocos analistas del sector financiero se atreven a contestar negativa y contundentemente a la pregunta. Se cruzan apuestas entre los conocedores de los dos sectores sobre si caerá primero la prensa en papel o la banca tradicional, dos de las industrias más amenazadas por la transformación digital que, sin duda, se ha convertido en el primer elemento de cambio en los medios de comunicación como en las finanzas.

La mecanización, y la digitalización después, han estado presentes en la evolución de la banca y de las finanzas de forma intensiva, al menos en las últimas tres o cuatro décadas. No es por tanto un fenómeno nuevo y ajeno a la banca y menos para la española que ha sido líder en Europa en adaptarse a los retos y en general a las ventajas de las tecnologías de la información.

A pesar de ello, la irrupción o disrupción digital actual no es un tema solo de adaptación tecnológica, -que lo sigue siendo-, sino de amenaza al modelo de negocio que se inició, en el sentido moderno que aún está vigente hoy, en los primeros banqueros de la Florencia del siglo XIV.

A costes más bajos

Esta amenaza disruptiva se está concretando y materializando de momento en la aparición y crecimiento del mundo 'fintech', una amalgama de constelaciones de pequeñas y medianas empresas en estadios incipientes de desarrollo que luchan por, primero, ofrecer servicios bancarios y financieros solo a través de los canales 'on line' que muchos clientes exigen; segundo, ofreciendo otros nuevos o integrándolos en plataformas más eficientes; y por fin, haciéndolo todo a costes mucho más bajos, mientras la pesada estructura de los bancos y, ¡ojo¡, mientras los requerimientos regulatorios y de cumplimiento normativo que tanto pesan sobre la banca tradicional solo les toca a ellos de refilón.

Esta realidad actual de las 'fintech' es trascendente pero puede no acabar siendo la más importante. Como para otros sectores, especialmente aquellos que, como la banca, gestionan grandes cantidades de datos de un número creciente de clientes, la verdadera amenaza son los gigantes tecnológicos. Es decir la 'googleización' o 'amazonización' de la banca que implicaría la entrada decidida de algunos de estos gigantes en los servicios financieros masivos.

Una cuota por ahora pequeña

Situémonos por ahora en la realidad más que en las expectativas. ¿Qué podemos esperar de esta irrupción de las 'fintech', como las entendemos? Dependerá de la capacidad, dedicación y nivel de éxito de las estrategias que la banca actual plantee para confrontar estos retos. Ante todo, hay que decir que la cuota de mercado de las 'fintech' es todavía insignificante y que el cliente bancario, esta categoría que es universal en los países occidentales, pertenece todavía a la banca de siempre. Parecería pues que todo está a favor de la banca para hacer la 'fintegración', es decir la fusión de los servicios financieros y de la tecnología digital dentro de las grandes entidades tradicionales, sin demasiada oposición de los pequeños competidores. Pero, ¿se está haciendo adecuadamente? ¿Se están transformando las enormes estructuras bancarias para un futuro casi exclusivamente 'on line' en quizás 10 años? ¿O, sencillamente, se relativiza el problema comprando y absorbiendo algunas de las 'fintech' más brillantes?

Es indudable que se habla, se adoptan estrategias y existe el convencimiento de la dimensión del reto, pero lo que es más incierto es si se emprenden los cambios como se debería. Algunos expertos, incluso los contratados por bancos, manifiestan sus dudas y preocupaciones sobre la dificultad de superar algunas vallas en esta carrera.

Por ejemplo, el capital humano de calidad ha dejado de dar prioridad a la banca tradicional y se siente más atraído por la innovación y el emprendimiento de las 'fintech'. O la dificultad de desmantelar los extremadamente complejos sistemas tecnológicos actuales de la banca pensados para el antiguo modelo de negocio e inservibles íntegramente a medio plazo. O bien, el papel de la regulación que hasta ahora ha favorecido las desreguladas 'fintech', pero que podría terminar favoreciendo el cumplimiento normativo como lo hace el sector tradicional.

Cuesta mucho mover el elefante pero peor es si te acaba pisando. Y en la banca hay capital, los clientes, la experiencia, la adaptación regulatoria y lo que todo esto genera, finalmente todo lo esencial en finanzas: la confianza del depositante y del cliente en general.

TEMAS