La energía del futuro: un partido que España puede ganar

El mundo necesitará el 50% más de capacidad energética en los próximos 20 años y nuevas fuentes limpias. Es, sin duda, una oportunidad para España

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El sector energético es uno de los más importantes del mundo, incluyendo a nueve de las 25 mayores empresas del planeta y dando empleo a más de 10 millones de personas en todo el mundo. La energía nos afecta diariamente a todos y es una necesidad. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) calcula que el mundo necesitará el 50% más de capacidad energética en los próximos 20 años. Sin energía, el progreso simplemente cesa: es inimaginable un mundo sin electricidad en los hogares, sin quirófanos, sin iPads, sin teléfonos móviles o sin servicios de metro. Pese a ello, en la actualidad 1.800 millones de personas en todo el planeta carecen de suministro eléctrico en el hogar, y son poblaciones que figuran entre las más pobres y con peor calidad de vida del mundo.

En Europa, la mayoría de los hogares cuentan con suministro eléctrico, pero un problema importante es que la energía que utilizamos procede principalmente de dos fuentes: combustibles fósiles y energías limpias. Alrededor del 70% procede del petróleo, el gas y el carbón, mientras que la segunda fuente es limpia y renovable: energía solar, hidroeléctrica y eólica (por el momento, dejo a un lado el importante y emocional debate sobre la energía nuclear). Así pues, la energía es una necesidad pero también tiene un coste importante para todos los hogares: para mantener la estabilidad del planeta, es imposible que toda la nueva capacidad proceda de la explotación hasta el agotamiento de los combustibles fósiles. En España contamos con dos enormes oportunidades globales: el mundo necesita el 50% más de energía, así como nuevas fuentes limpias. Es, sin duda, una oportunidad para España.

Impuestos y menos inversión

El dominio del gas y del petróleo en el mix energético continuará entre los siguientes cinco a 15 años, pero más allá de un horizonte de 25 años, el futuro de la energía (especialmente en Europa) ya no lo decidirán los gigantes del petróleo, del gas y del carbón. Ese futuro tampoco se va a decidir hoy, ni siquiera este año. El futuro de la política energética pertenece a la próxima generación, y España cuenta con potencial real para liderar a Europa en el ámbito de las energías limpias: cambiando nuestro mix energético y exportando energía solar, hidroeléctrica y eólica a Europa.

La Asociación Española de Productores de Energías Renovables (Anpier) ha hecho un trabajo extraordinario al doblar la capacidad desde el año 2006. El objetivo era que, en el 2020, la electricidad procedente de fuentes renovables alcanzara el 20% de todas las necesidades españolas. Sin embargo, debido a la crisis financiera, las inversiones se han reducido, y de hecho el Gobierno español ha introducido impuestos a las instalaciones solares precisamente en un momento en el que deberíamos invertir y aprovechar esta oportunidad.

¿Cuál es el reto? En comparación con el resto del mundo, España es uno de los países que menos invierte en investigación en energía. España gasta menos del 0,5% del producto interior bruto (PIB) en investigación energética, lo que le coloca en el tercer lugar por la cola entre los países europeos, y en uno de los últimos en todo el mundo. Además, en el 2015, el Gobierno introdujo impuestos a las tarifas reguladas del sector, gravando incluso las plantas de autoconsumo instaladas por emprendedores. Estas medidas no fomentan la inversión a largo plazo ni la iniciativa emprendedora. La oportunidad no permanecerá abierta durante mucho tiempo. Para liderar necesitamos visión política, y que las compañías suministradoras y de energías limpias trabajen conjuntamente.

Ahora mismo en Europa los precios del petróleo son reducidos, de modo que sí, es cierto, todos disfrutamos de unos precios bajos en las gasolineras. Sin embargo, las compañías suministradoras y las empresas petrolíferas y de gas son agentes sofisticados que saben cómo defender sus intereses. Así pues, ¿por qué han bajado tanto los precios de la energía? Simplemente porque el crecimiento chino y la demanda de energía se han reducido, mientras que las nuevas tecnologías del petróleo y del gas han aumentado la oferta. Pero contamos con una pequeña ventana de oportunidad, de unos tres a cinco años, antes de que se recupere la demanda de combustibles fósiles (y vuelvan los precios elevados). ¿Qué pasará mientras tanto? La OPEP y otros productores reducirán la producción hasta que aumente la demanda china y asiática, y luego los precios aumentarán de nuevo (ya está sucediendo).

El 70% de nuestro mix energético actual son combustibles fósiles adquiridos a regiones extranjeras productoras de petróleo, gas y carbón, como Rusia, Oriente Próximo y el norte y oeste de África. España tiene que trabajar con las compañías suministradoras europeas en una política estratégica que reduzca la dependencia de estos recursos fósiles próximos a su agotamiento. De otro modo tendremos que buscar alternativas en un contexto de altos precios de la energía.

Debemos fomentar la inversión y el liderazgo político en el sector, no solo porque España puede liderar a Europa en energías limpias, sino también porque ello impulsará el empleo y la iniciativa emprendedora. ¿Por qué son tan importantes las innovaciones en energías limpias en Europa? Como ya he mencionado, el mundo necesitará mucha más energía en las próximas décadas. Pero en una Europa densamente poblada, las fuentes de energía tienen que ser limpias, fiables y asequibles. En la actualidad, las tecnologías limpias dan empleo a unos seis millones de personas en todo el mundo; es un buen inicio, pero no es suficiente. La mayoría de los países no reciben de forma regular radiación solar suficiente ni tienen tanto viento de forma fiable como para depender intensamente de estas fuentes de energía. En España contamos con las dos, pero sencillamente no estamos invirtiendo lo suficiente. Las energías renovables como la solar, la eólica y la hidroeléctrica constituyen oportunidades para la economía local, pero su materialización exige incentivos fiscales, inversiones y una estrategia a largo plazo para venderlas a Europa.

Oportunidades empresariales

En colaboración con PwC y Kazajstán, en EADA Business School llevamos tres años trabajando en la energía del futuro. Son tantas las oportunidades empresariales, las nuevas tecnologías…. ¿Generación de energía? Prevemos un gran impulso en la energía solar eólica. ¿Distribución de energía? Prevemos una distribución más localizada. ¿Transporte? Esperamos que las gasolineras se vayan convirtiendo en unidades de almacenamiento de baterías. ¿Almacenamiento? Esperamos grandes avances tecnológicos en baterías para automóviles, motocicletas y el hogar. Cada vez más, los coches urbanos y las motocicletas serán eléctricos o híbridos, funcionando con baterías de gran capacidad. ¿Emisiones? En las ciudades, la calidad de vida debe mejorar en beneficio de la población. Los ingenieros españoles son de los mejores del mundo, solo necesitamos una visión y unas políticas adecuadas.

Como profesores de escuelas de negocios, nos pagan, entre otras cosas, para que miremos hacia el futuro. Debemos prever las tendencias y formar a nuestros graduados para unas carreras profesionales que durarán de 30 a 40 años. Invitamos al Gobierno español a coinvertir, a encontrar socios estratégicos, a pensar más allá de los beneficios a corto plazo y a crear una ventaja industrial sostenible para la población.