Manos limpias contra las infecciones hospitalarias

Entre un 5% y un 10% de pacientes ingresados pueden sufrirlas. Los casos más comunes son los de origen urinario y por heridas quirúrgicas.

Carme
ESCALES

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Una infección nosocomial es aquella que un paciente adquiere durante su estancia   en un centro hospitalario y no sufría en el momento de su ingreso. Según datos del Estudio de Prevalencia de las Infecciones Nosocomiales en España (EPINE ), entre un 5% y un 10% de enfermos ingresados en hospitales pueden sufrir una infección durante su estancia. «Las más comunes son la infección urinaria, las de la herida quirúrgica, la respiratoria y la provocada por bacterias en la sangre o bacteriemias. Estas últimas son menos frecuentes que las otras tres, pero más graves», explica el responsable del servicio de enfermedades infecciosas y coordinador del programa de infecciones del Parc de Salut Mar de Barcelona, el doctor Juan Pablo Horcajada.

Vencer, pero sobre todo evitar esas infecciones intrahospitalarias es el gran reto para todos los profesionales de la salud. Y un sencillo gesto como lavarse las manos puede hacer mucho en favor de prevenir estos contagios. «El gran problema es que en un hospital confluyen varios factores que propician la  transmisión  de las infecciones», destaca el doctor Horcajada, vocal asimismo de la junta directiva la Sociedad Española de Enfermedades Infeciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), y presidente  del  Grupo de Estudio de Infección Hospitalaria (GEIH) de dicha sociedad. «Defensas bajas debido a la enfermedad que lleva al paciente a ingresar; antibióticos que su tratamiento requiere y el uso de dispositivos invasivos en su organismo, como catéteres, también indicados para su curación, son la tormenta perfecta para una infección hospitalaria. Y, cuanto más complejo es el proceso de un enfermo, peor», añade el doctor del Hospital del Mar.

MEDIA DE EDAD ALTA/ «La media de edad de los pacientes hospitalizados que adquieren una infección una vez ingresados es alta. Por lo general, son enfermos que ya presentan una importante comorbilidad [afectación de diversas patologías al mismo tiempo]. No es la misma la situación la de un paciente con hernia inguinal que la complejidad que pueda tener un enfermo crónico», precisa Horcajada.

Pero, ¿cómo y en qué momentos y lugares, dentro del hospital, se produce la transmisión de una infección? «En el caso de la infección urinaria, la introducción y uso de un catéter urinario [el tubo que se introduce en la vejiga para eliminar la orina del cuerpo] es lo que puede causar la infección», explica. «La infección de la herida quirúrgica puede producirse durante o después de una intervención. Y una infección respiratoria puede causarla el proceso de intubación, la ventilación mecánica o la propia susceptibilidad de los pacientes en situación más crónica, que pueden desarrollar fácilmente neumonías en el hospital», indica el especialista.

El cuarto lugar, aunque ya con menos frecuencia, lo ocupan las bacteriemias, «la presencia de bacterias en la sangre que, normalmente se adquiere por la colocación de un catéter intravenoso que entre el 80% y el 90% de los pacientes ingresados precisan», destaca la coordinadora de enfermería del pograma de control de infecciones del Parc de Salut Mar, Cristina González. «La infección es el precio que a veces estamos pagando para curar, sin embargo, intentamos que la incidencia sea la más baja posible», expresa el doctor Horcajada.

Aunque todo el personal médico y asistencial de un hospital está implicado en evitar las infecciones nosocomiales, también los pacientes, familiares y el conjunto de usuarios deben colaborar. El personal de enfermería, responsable de los cuidados de los pacientes, es el colectivo en el que recae una atención especial como responsables de los diferentes procedimientos invasivos, como  sondar, colocar catéteres, curas… La formación de los equipos se realiza de manera continua, sobre todo en aquellas acciones de prevención de las infecciones. Los médicos se ocupan del diagnóstico y de los tratamientos microbiológico y antibiótico, y enfermería se centra en la prevención  de las infecciones. A nivel nacional, una vez al año se realiza en Barcelona un curso del GEIH dirigido a todos los profesionales que intervienen y/o tienen interés en la infección relacionada con la asistencia sanitaria para repasar, actualizar conocimientos y motivar en la prevención, vigilancia y control de la infección.

«Desde la propia Organización Mundial de la Salud, cada vez se insiste más en la educación y el empoderamiento del propio paciente, de los usuarios y de las personas de todo el entorno hospitalario como agentes para vencer las infecciones nosocomiales», dicen los especialistas. Y, de nuevo, la atención sobre la higiene de manos se impone, por su efectividad en la prevención de las infecciones y porque es una medida que puede llevar a cabo cualquier persona que entra en un hospital. «La higiene de manos puede hacer más que un quirófano de última generación en la lucha contra las infecciones hospitalarias», asegura el doctor Horcajada.

ESPACIOS MÁS CRÍTICOS/ Todo el hospital es susceptible de contener microorganismos en circulación, dado que en él hay personas que entran y salen a cada momento, pero hay espacios más críticos para adquirir infecciones. Entre ellos están las unidades de pacientes inmunodeprimidos, quirófanos, las Unidades de Cuidados Intensivos y los hospitales de día, donde se hacen tratamientos de oncología y hematología, además de las unidades de hospitalización de pacientes con enfermedades infecciosas. «En estas últimas, se protege al personal sanitario y a los familiares porque es el paciente el que puede infectar. Algunos son enfermos infectados por una bacteria multiresistente, resistente a muchos antibióticos, o bien tienen tuberculosis u otras infecciones transmisibles. Se les ubica en una habitación individual, y para su contacto es necesario utilizar guantes, bata, mascarilla, si la infección es de tipo respiratorio, y lavarse las manos», dice González.

Ropa y material esterilizado, ventilación, higiene y desinfección especiales son medidas preventivas que se aplican en las zonas de más fácil transmisión de la infección. Pero también en comedores y cocinas de hospitales, la higiene juega su papel contra la infección.

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