la dolorosa consecuencia de no ir al lavabo con facilidad, y su tratamiento

La amenaza de las hemorroides

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«Las hemorroides son venas como las que tenemos en el resto del cuerpo», avanza el especialista en aparato digestivo del centro médico Teknon Agustín Balboa. «Estas venas no se limitan solo a permitir la circulación sanguínea en la zona anorrectal, sino que contribuyen de forma activa en el proceso de la defecación», explica Balboa, que prosigue: «El estreñimiento no es la única causa de las hemorroides, aunque sí es la más importante. Durante la defecación, las hemorroides son prolapsadas a través del canal anal de forma transitoria, favoreciendo así el paso de las heces. Si son muy duras o voluminosas o hacemos mucho esfuerzo defecatorio, esto puede provocar que las hemorroides se inflamen y que les cueste recuperar su posición (hemorroides externas). Y el aumento de presión puede hacer que la sangre que contienen las hemorroides se coagule dentro de ellas, lo que resulta muy doloroso (trombosis hemorroidal), o que la hemorroide se rompa, produciéndose un sangrado, en ocasiones muy llamativo», precisa el doctor, que asegura que «la mayor parte de veces se pueden tratar médicamente». Pomadas antiinflamatorias; medicamentos como los indicados para varices en piernas, para descongestionar las hemorroides, o antiinflamatorios por vía oral. Si no hay mejora, se puede proceder a una intervención quirúrgica.

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