Mercedes Milá, la Wonder Woman de Esplugues

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NÚRIA NAVARRO

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El desnudo integral en ‘Planeta Calleja’ ha sido la última peripecia de esta aristócrata singular que olió a gasolina cuando tocaba emanar vapores de Estivalia, pasó por la piedra al ‘establishment’ de los 80, defendió el ‘reality’ cuando le escupían, lanza dardos escatológicos y se ríe de su estampa. Repasemos sus superpoderes, con algún apunte de su cosecha.

1. EL MIMETISMO

La primogénita de José Luis Milá Sagnier, conde de Montseny, y de Mercedes Mencos Bosch, hija del tercer marqués del Amparo, nunca desentonó en los ‘front row’ (en la foto, en un desfile de Loewe, en 1986, entre Cayetano Martínez de Irujo y Carmen Martínez-Bordiú) ni en los ‘beach clubs’. La Condesita –así la llamaban en el cole– podía haberse quedado en ese papel, pero no aguanta el pijerío (dice) y no ha querido heredar el título. El linaje, como a Popeye las espinacas, le ha servido para no dar un paso atrás ni para coger impulso. "Me encuentro en absoluta normalidad en el ambiente más pera y en el más tirado", admite. La clave: "Mucha curiosidad y mucho respeto".


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2. LA ANTICIPACIÓN

En los años 70 el periodismo deportivo chorreaba testosterona, y ahí estaba ella, retransmitiendo las 24 Horas de Montjuïc –"antes de nacer ya iba en moto con mi padre y con mi madre, en casa no se hablaba de otra cosa, era mi mundo"–, haciendo la primera entrevista informal a Cruyff o preguntando a Niki Lauda –hecho un ascua humana tras el accidente en el circuito de Nürburgring– si su fuerza estaba "en su trasero". Milá también ejerció de directora accidental de ‘Don Balón’, la cañera revista deportiva que levantó polvaredas como la de la portada titulada ‘La semana de la Cruyffcifixión’ (1977), hoy francamente imposible.


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3. LA DETECCIÓN DE MENTIRAS

Sacó el almidón a la entrevista televisiva , acercó su silla hasta poder oler el aliento del entrevistado y empezó a toquetear a sus presas. Con tanta proximidad, descentró a muchos hasta sacarles declaraciones muy locas. Camilo José Cela, por ejemplo, confesó en su ‘Buenas noches’ que era capaz de absorber un litro y medio de agua por el ojete (y hasta pidió una palangana para demostrarlo). Pero la Milá también tenía tragaderas –el "yo vengo a hablar de mi libro" de Paco Umbral era de zapatazo– y sabía cortar por lo sano a los escurridizos –"Le pedí a Xabier Arzalluz [entonces pope del PNV] que se fuera del plató si seguía empeñado en no contestar; y decidió irse", recuerda ahora como uno de los ‘hits’ del programa ‘El martes que viene’ de TVE. Como entrevistada, tras ocupar la pista central de 15 ediciones de ‘Gran Hermano’, también tiene su miga. "¿Tú haces siempre lo mismo con tus invitados? Una patada en la boca, quiero decir...", le soltó a Pablo Motos, que es amigo. "¿Que tú no juzgas?", le disparó a Risto Mejide, poniéndose patas arriba en el Chester. «No es verdad que diga siempre lo que pienso», corrige ella. 


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4. LA METAMORFOSIS 

A lo largo de los años ha pasado por momentos Ali McGraw [la de ‘Love Story’], Farrah Fauwcett Jane Fonda, tres féminas en rebeldía contra el patriarcado. La Milá ha gastado un feminismo de frecuencia media, poniendo los puntos sobre las íes cuando ha hecho falta. No se pincha bótox, se ha puesto encima todo tipo de trapos –le cayó un Guinness por ser la presentadora que más trajes regionales ha lucido en plató: 19– y no ha escondido a su (ahora ex) novio yogurín, el empresario bilbaíno Carlos Castillo. "Soy una sin-vergüenza –admite–, y eso que no me gustan los que no la tienen".


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5. ARMAS SECRETAS: PIS, CACA, MUSLO Y PECHUGA

Nos ha explicado el placer que da hacer pis en la ducha, y aun más, de hacer caca en el mar en postura de parto ("soy experta en cagar", subraya). Ha mostrado el trasero y la pechuga en ‘Gran Hermano’. Ha invitado a que le toquen las tetas y ha metido mano a paquetes. Ha besado con y sin lengua a quien le ha dado la gana. "Sé lo que mueve un plató –deja ir–. Estoy hecha para provocar interés". Dice que fue "la niña más tímida del mundo", pero a los 66 "no le queda pudor en la despensa". A su juicio, hablar de la materia oscura de la humanidad "es hacer lo normal, lo habitual, ya lo dijo Adolfo Suárez".  


6. LA HOMEOSTASIS

La popularidad le quitó las ganas de nudismo. Lo inesperado es que las recuperara a 20 grados bajo cero y en aguas del Ártico en el planeta de Jesús Calleja. Como si saliera de una alberca en agosto, sin el menor tirite. Al ver la alegría con que se liberó del bañador, Calleja, con una excitación que ni en el desafío extremo en Abajasia, solo atinaba a decir: "Pero ¿qué estás haciendo?", "que te he visto Sevilla, tápate". Un ‘nude’ tan impactante como el de Lola Flores en 1983. El contrapunto a ese momentazo en el fin del mundo fue oír a la Milá confesar que dejó ‘Gran Hermano’ porque estaba psicológicamente trinchada.