LA ENTREVISTA

Matt Damon: "A mi mujer le gusto algo fofo, o eso dice"

El actor se ufana de sus cuatro hijas, una esposa que no pertenece a la farándula y dos películas, 'Suburbicon' y 'Una vida a lo grande'

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zentauroepp33632158 in this image released by universal pictures matt damon app171206170157 / Jasi Boland

Nando Salvà

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Con 47 años recién cumplidos y después de tres décadas haciendo películas, sigue siendo uno de los actores más ocupados de Hollywood. Tanto es así que estrena los títulos a pares. Acaba de llegar a los cines 'Suburbicon', una mezcla de humor negro y alegato contra el racismo en la que Matt Damon ha tenido a su amigo George Clooney como director; y el próximo día 29 hará lo propio 'Una vida a lo grande', comedia ecologista que ha rodado a las órdenes de Alexander Payne y en la que interpreta a un hombre que encoge de tamaño.  

¿Cree que haciendo reír al público, como hace ‘Una vida a lo grande’, es más fácil hacerle tomar conciencia medioambiental? Ojalá que sí. El 99% de los científicos, los que no están sobornados por los grupos de interés que niegan el cambio climático, coinciden en que estamos destruyendo el planeta. Me preguntó qué pensarán las nuevas generaciones acerca de nosotros, porque está claro que nos estamos comportando de forma terriblemente irresponsable. A estas alturas el uso de las fuentes de energía renovables ya debería estar extendido en todo el mundo, porque las otras no tardarán en agotarse. Y todavía estamos muy lejos de llegar a ese punto. Necesitamos tomar medidas.

En ese sentido, ¿alguna vez se ha planteado usted un cambio de vida radical? Alguna vez, sí. En verano solemos viajar a Costa Rica, y pasamos semanas en una zona selvática donde los cortes de luz son frecuentes. Aprendes a adaptar tu manera de vivir a las condiciones que el entorno te impone. Y luego, al volver a Los Ángeles, desde el avión ves lo monstruosamente grande que es la ciudad y eso te da en qué pensar. Lo más importante es educar a nuestros hijos para que sean más respetuosos con el planeta que nosotros. Hay detalles que pueden parecer tontos pero no lo son: mis hijos cierran el grifo mientras se cepillan los dientes. Es algo que yo de niño no hacía. 

Hoy, en cambio, usted es un ejemplo en cuanto al uso responsable del agua gracias a su trabajo con la oenegé Water.org, que fundó en el 2009. Gracias. Nuestro objetivo es que la falta de acceso al agua potable deje de ser un problema para millones de personas en todo el mundo, gente que pasa la mayor parte de su tiempo recorriendo kilómetros para tratar de conseguirla y que a causa de ello se ve condenada a la pobreza. Me siento orgulloso de poder decir que hemos logrado cambiar la vida a mucha gente, permitir que muchas familias vivan de forma más saludable y más digna, y que muchos niños hayan llegado a celebrar su quinto cumpleaños. La escasez de agua o la falta de acceso a ella promete ser uno de los problemas que más impacto social tendrá en los próximos 10 años.

También 'Suburbicon' aborda un tema socialmente candente. ¿Imaginó usted que lo sería tanto mientras la rodaba? No, la rodamos el año pasado, mucho antes de la tragedia de Charlottesville [la muerte de tres personas el pasado agosto durante una manifestación de supremacistas blancos]. Es terrible. Muchas personas, entre las que me incluyo, están descubriendo de forma drástica hasta qué punto el racismo impera en nuestro país. Es mucho peor de lo que pensaba. Cuando vi las imágenes de Charlottesville, todos esos neonazis con antorchas que gritaban proclamas antisemitas, me quedé literalmente paralizado. 

¿A qué atribuye tanto odio? Mi país no llegó a curar la terrible herida que le causaron los años de la esclavitud. Después de la guerra de Secesión, que causó 600.000 muertos, América se comportó de forma absolutamente cobarde. Decidió que el problema se había resuelto y que nunca había que volver a hablar de ello. Pero hemos estado tanto tiempo escondiendo la porquería debajo de la alfombra que la alfombra se ha podrido.  

"Muchos estamos descubriendo hasta qué punto el racismo impera en nuestro país. Es mucho peor de lo que pensaba"

El rodaje de 'Suburbicon' coincidió con la victoria electoral de Donald Trump. ¿Cómo la vivieron? A decir verdad, hizo que el rodaje resultara más fácil, porque 'Suburbicon' es una película que derrocha ira y ese es el sentimiento que nos invadió tras las elecciones. Confieso que fui muy ingenuo al no verlo venir. No fui capaz de entender que, por un lado, está la gente que vive en Nueva York y California, que es mayormente progresista, y por otro, la del resto del país, que en su mayoría tiene una forma de pensar radicalmente distinta de la mía. Pensándolo bien, el rodaje en realidad fue complicadísimo. Anímicamente no estaba bien, y además me sentía físicamente exhausto.

¿Por qué? Porque llevaba dos años rodando películas de forma prácticamente ininterrumpida. No debería haber llenado mi agenda de esa manera, pero no podía dejar pasar la oportunidad de trabajar con directores como Ridley Scott, o Zhang Yimou, o Alexander [Payne] George [Clooney]. Además, antes de ese periodo había pasado más o menos un año entero sin trabajar, porque no era capaz de encontrar un proyecto interesante. Eso realmente me alarmó. Comprendí que cada vez se dedica menos dinero a hacer el tipo de cine que me he pasado 20 años haciendo. Películas adultas como 'Una vida a lo grande' y 'Suburbicon' son cada vez menos frecuentes.

En ambas, especialmente en 'Suburbicon', luce usted un evidente sobrepeso. De hecho, se pasa la vida ganando y perdiendo kilos para adaptarse a sus personajes. Cierto. Recuerdo que antes de 'Una vida a lo grande' estuve rodando 'Jason Bourne', y ello me exigió estar muy musculado y sin un gramo de grasa. Y Payne estaba muy preocupado, porque él me necesitaba gordo. Durante la semana previa al inicio del rodaje me estuvo llamando constantemente para preguntar: "¿Estás comiendo suficiente pizza?". A decir verdad, yo prefiero estar fondón. Tener el cuerpo que lucía en 'Jason Bourne' conlleva demasiado esfuerzo e implica llevar una vida miserable. Y a mi mujer le gusto algo fofo. O eso dice, al menos.   

Este año se han cumplido dos décadas desde 'El indomable Will Hunting', que le proporcionó un Oscar al Mejor Guion y lo consagró como actor. ¿Le hace el dato sentirse mayor? Me estoy haciendo viejo, sí. Pero es extraño, porque no siento que haya pasado tanto tiempo excepto cuando pienso en que tengo cuatro hijas y que la mayor ya está en la universidad. Siento una gran nostalgia por los tiempos en los que era joven y me sentía libre para cometer errores. Ojo, no tengo ninguna queja sobre mi vida actual.

¿Y si alguna de sus hijas decide ser actriz? No se lo impediré, pero habrá que tener una charla. Es un trabajo brutal, yo nunca le aconsejaría a nadie que se dedique a él. Lo digo en serio. Cuando yo era joven todo el mundo me aconsejó que me quitara la idea de la cabeza, pero a mí me gustaba tanto actuar que hice caso omiso. Y de eso se trata. Ser actor exige el tipo de fuerza de voluntad que es inmune a todas las voces que te dicen que no lo seas.

A usted no le ha ido mal. Por un lado, sigue estando entre los actores mejor pagados de Hollywood. Por otro, los paparazi parecen dejarle bastante en paz. No quiero que eso suene a protesta, pero los salarios en Hollywood han bajado drásticamente en los últimos tiempos. Y en última instancia, tu salario siempre depende de los datos de taquilla de tu película anterior, así que cambia constantemente. Insisto, no me quejo. Por lo que respecta a los fotógrafos, tenga usted en cuenta que soy un hombre de familia, no protagonizo romances ni escándalos, soy aburrido. Una foto de mí con mi esposa no tiene mucho valor para las revistas del corazón. Es normal que los paparazi no se tomen la molestia de permanecer sentados frente a mi casa esperando la foto.

En este aspecto ¿se siente envidiado por sus amigos Brad Pitt y George Clooney? Sí, a menudo se lo echo en cara y les escuece muchísimo. Soy muy afortunado por haberme enamorado de una mujer que no se dedica al cine ni tiene un perfil público. Que la gente no husmee en nuestra vida le quita presión al matrimonio. Si estuviera en la situación de Brad y George, cuyas vidas privadas están sujetas al escrutinio constante de la gente, no sé si sería capaz de soportarlo. Francamente, me maravilla la paciencia que ellos tienen.