MÁS INNOVACIÓN

Las 'start-ups' jurídicas retan a los despachos tradicionales

Un ámbito tan tradicional como el legal también vive su particular revolución. Decenas de emprendedores han iniciado proyectos en España que aplican una base tecnológica al sector jurídico. Son las conocidas como compañías 'legaltech'.

JOSEP M. BERENGUERAS / BARCELONA

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Las start-ups han ido revolucionando poco a poco todos los sectores: el comercio, la sanidad, las administraciones públicas, las ciudades... Todos, sin excepciones, han visto como la llegada de la tecnología los ha cambiado. Y un sector tan tradicional como el jurídico también comienza a vivir su particular revolución: las start-ups de tipología legal, llamadas legaltech, empiezan a plantar cara con sus servicios a los despachos más tradicionales.

De momento, parece que la toma de decisiones de los jueces queda al margen, pero en muchas otras partes de la actividad jurídica están surgiendo ya alternativas digitales. «El sector legal tiene un potencial de crecimiento muy amplio dentro del mundo digital, lo que hace que, como en otros campos, se generen grandes oportunidades para las start-ups. Ya hace un tiempo que oimos hablar de la necesidad de este sector de hacer frente a la digitalización, pero cuando hablamos de cuestiones legales todo tiene que seguir unos procesos que suelen ser más lentos que en otros ámbitos. Esta realidad, que ya se aprecia en otros sectores como el mundo financiero, se producirá en el sector de la abogacía donde emprendedores y start-ups ya empiezan a proponer soluciones con grandes ventajas para los despachos», predice Aleix Valls, director general de la Mobile World Capital Barcelona.

SECTOR CONSERVADOR / Para Ignasi Costas, socio responsable del área de innovación y emprendeduría del despacho RCD-Rousaud Costas Duran, lo que está pasando en el sector legal no es otra cosa sino lo que ya ha sucedido en el financiero (fintech) o de las aseguradoras (insurtech). «A pesar de que a priori pueda parecer que al sector jurídico le cueste más, ya que el sector es en general bastante conservador, no queda aislado de estos cambios y se están desarrollando multitud de proyectos tecnológicos para el sector legal», agrega Costas.

En Catalunya y en España están naciendo diversas start-ups y apareciendo propuestas de emprendedores que buscan ocupar un sitio en el entorno legal y que, poco a poco, se están ganando un lugar en el mercado. Algunas de ellas, incluso han tenido la oportunidad de participar en el primer programa europeo de aceleración de este tipo de compañías, Cuatrecasas Acelera, llevado a cabo con el apoyo de Telefónica Open Future. «Estamos experimentando una irrupción exponencial de la innovación y de la tecnología en el sector legal y cada vez encontramos más start-ups en el ámbito legaltech. Desde Cuatrecasas estamos apostando por un modelo de innovación abierta, para apoyar y acompañar a las start-ups tecnológicas y colaborar con los agentes del ecosistema emprendedor. La aceleradora es una palanca para conseguir estos objetivos, entre otros», explica Andrea Ortega, directora de proyectos de innovación de Cuatrecasas.

En el fondo, ambos sectores son complementarios: las start-ups legales necesitan probar y certificar que sus productos funcionan, mientras que los despachos tradicionales también pueden aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías, aunque son empresas muy acostumbradas «al uso del papel y los sellos», explica Zoraida Guilmain, de Saas Legal-Argon, una start-up con base en Madrid que ha creado una plataforma para la gestión on line de consejos, juntas, relaciones societarias y publicaciones oficiales de las sociedades. «Sustituimos al servicio de Correos. En vez de enviar un burofax para notificar cosas como que hay una junta, se hace todo on line, con un gran ahorro en los costes», comenta.

Otra de las participantes de la primera edición del programa (habrá segunda en los próximos meses) fue The Logic Value, una solución de valoración de empresas que combina el legaltech y el fintech y que tiene empleabilidad dentro de las instituciones financieras como en el cliente final. «Usamos un algoritmo que compara 17.000 fondos de inversión y 1.200 compañías y que, basándose en seis variables, puede encontrar la aproximación de valor de una empresa. Todo ello, ayudando al cliente a cumplir con las restricciones normativas», explica Lorenzo García, consejero delegado de la empresa.

ADAPTACIÓN TECNOLÓGICA / Ante la disrupción de las legaltech la pregunta puede ser si peligran los despachos tradicionales. «Está en la naturaleza de la start-up el ser disruptiva y romper los modelos de negocio actuales, y debe ser así. No obstante creemos que la colaboración entre Cuatrecasas y las start-ups ha de ser una apuesta ganadora para ambas partes, una relación win-win», destaca Ortega. «La tecnología actúa como facilitadora, pero es necesaria la presencia de un abogado aportando su criterio experto en un punto u otro del proceso. El valor añadido que aporta el abogado es el de acompañar de manera integral y con un enfoque jurídico-estratégico construyendo relaciones de confianza», agrega Costas.

«No peligra el sector legal tradicional, sino todo lo contrario. La complementariedad de ambos activos es un hecho que se empieza a percibir y que seguirá en expansión de ahora en adelante. Este nuevo paradigma no debe ser visto como una amenaza, sino como una ventaja competitiva para que el sector logre su proceso de transformación digital y se adapte a toda velocidad a la revolución tecnológica», sentencia Valls.