arte útil

Lamparas de diseño recicladas

Dos jóvenes catalanes dan nuevos usos a bolsas y embalajes a la hora de hacer productos de uso cotidiano

Octavi Serra y Clara Romaní, con una de sus lámparas recicladas.

Octavi Serra y Clara Romaní, con una de sus lámparas recicladas. / periodico

CRISTINA MARTÍN VALBUENA

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Clara Romaní y Octavi Serra son dos jóvenes diseñadores que juegan en sus trabajos con el plástico y la luz. Sus experimentos han fructificado en lámparas, a los que ellos llaman "monstruos", y reconocen que son "un poco amorfas", que han sido escogidas por la Universidad Elisava para la exposición "Productes Alumni Elisava", donde se recogen iniciativas de antiguos alumnos.  

Con sus "monstruos", Romaní y Serra reivindican la necesidad de hacer un consumo responsable de los materiales que se utilizan en el proceso creativo y, por ello, apuestan por el reciclaje como uno de sus valores vertebradores. "Nosotros, como diseñadores, creamos muchos proyectos, pero esto también significa que se crean muchos residuos. Esta vez, sin embargo, decidimos hacerlo al revés", cuenta Romaní.  

Así surgió el proyecto Fos donde el plástico reciclado construye su apuesta creativa. Después de probar diversos materiales y técnicas, Romaní y Serra se decidieron por el polietileno de baja densidad, ya que permite una fácil manipulación y se puede encontrar en grandes cantidades. En concreto, este tipo de plástico es el que se utiliza en las bolsas de la compra y embalajes, lo que asegura un acceso fácil y abundante. Serra añade que "es de los plásticos que menos contamina cuando lo quemas", hecho que también influyó su decisión. 

Una vez escogido el material, Romaní y Serra trabajaron durante meses para buscar un nuevo uso a las antiguas bolsas de plástico y embalajes. El producto final fue casual. "Cuando trabajábamos con el plástico, vimos que poniendo luz, se creaban unas texturas muy particulares y atractivas", comenta Romaní. Así, a tientas, nacieron sus "monstruos".

Los diseñadores explican que "el tratamiento de las piezas es superficial, dejando el proceso de creación al azar" y que esto les permite "crear piezas únicas, donde el resultado es siempre incierto". Este proceder también se traduce en la elección del color de las lámparas, el blanco. "No las pintamos, solo las limpiamos", matiza Romaní. "Nuestra intervención es puntual", concluyen ambos.

Las lámparas, que han sido escogidas por la escuela universitaria especializada en el diseño y la ingeniería Elisava, estarán expuestas en la tienda de la Cooperativa d’Arquitectes Jordi Capell de Barcelona, junto con cuatro proyectos más de otros exalumnos de la institución. El espacio también ofrecerá la posibilidad de adquirirlas a aquellas personas que les resulte interesante su juego con el plástico, la luz y las texturas resultantes. Los precios van desde los 45 euros hasta los 210, pudiendo escoger entre tres tamaños: pequeño, mediano y grande. 

Este no es el primer proyecto de los diseñadores. Romaní ganó el pasado año el premio Catalonia Ecodesign Award 2015 por la fabricación de sillas de ruedas a partir de los recursos disponibles en el entorno y con un sistema de construcción sencillo. Romaní, junto con Josep Mora, llevó a cabo esta iniciativa en Ruanda en la que el ahorro de recursos y la prolongación de la vida útil de los materiales eran también elementos muy importantes: hasta el 85% del material de cada silla era reciclado. Entre los materiales, componentes de bicicletas, ruedas de carritos y sillas de plástico.