Laia Ortiz, teniente de alcalde del Ayuntamiento de BCN: «La institucionalización de la persona no juega a favor»

Laia Ortiz considera clave atacar las causas que conducen al sinhogarismo y trabajar para que la persona que lo sufre recupere su autonomía lo antes posible

«La institucionalización de la persona no juega a favor»_MEDIA_1

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L. Benavides

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Barcelona ha sido durante mucho tiempo pionera en desplegar políticas de atención integral a personas sin hogar, pero a principios de 2015 la teniente de alcalde Laia Ortiz se propuso dar un paso más y colocar el fenómeno del sinhogarismo en la primera línea de las políticas sociales de la ciudad.

-¿Por qué ahora? 

-Se ha hecho mucho desde el ayuntamiento, pero ahora hay una voluntad política clara de trabajar codo con codo con las entidades y, sobre todo, poniendo a las personas en el centro. Era necesario alinear a todos los que estamos trabajando y estar dispuestos a revisarlo todo, sin prejuicios, y sobre todo escuchando a los mayores expertos en el tema que son las propias personas que han atravesado o atraviesan una situación de sinhogarismo.

-Son los verdaderos protagonistas del plan.

-Escuchando sus historias podemos obtener claves muy valiosas. Saber porqué no se dejan ayudar más, porqué una persona acaba frustrada en los recorridos de reinserción, qué necesidades de afectividad y movilidad tienen las personas que duermen en la calle, cómo podemos combatir el estigma…

-La diagnosis es preocupante. El número de personas sin hogar ha aumentado en pocos años.

-Sí. Y aunque hemos incrementado recursos en un 60%, el número de personas que sufren el sinhogarismo ha aumentado. Pero no es algo exclusivo de la ciudad de Barcelona, es un fenómeno global, del que solo vemos la punta del iceberg. El sistema actual excluye a la gente.

-¿Se puede prevenir de alguna manera?

-Para combatirlo es necesario intervenir en el mercado laboral, en la subida de los precios de alquiler… Las políticas preventivas traspasan las competencias del ayuntamiento. Lo que no se puede permitir es que el sistema no se ocupe de qué pasa con las personas que salen de procesos institucionalizados, como puede ser un hospital o un centro penitenciario.

-Esto aparece en el plan, como muchas otras medidas. 

-El plan tiene 70 medidas repartidas en nuevo ejes, que van de la prevención a la participación, la generación de información para hacer investigación y la perspectiva de género.

-¿Qué medidas concretas destacaría?

-El plan incluye medidas pensadas para mejorar los equipamientos, para que sean más acogedores; la ampliación de los horarios de algunos equipamientos, porque necesitan espacios para relacionarse, más allá de dormir y comer; para acercar la cultura a estas personas. También hay medidas para combatir la cronificación, pues cuanto más tiempo pasa sea hace más difícil que se recuperen, y para mejorar el acceso a los servicios de salud pública.

-El programa Primer la llar juega un papel central.

-Se trata de alterar el orden clásico. En el modelo tradicional, para poder recuperarte primero empiezas en un gran colectivo, y vas avanzando, por una especie de escalera, hasta que recuperas la autonomía. Pero se ha estudiado y demostrado que este primer espacio supone un gran obstáculo para los casos más complicados o cronificados.

-¿Por qué? 

- Para empezar, porque supone numerosas barreras para los usuarios, como que no pueden ir acompañados o llevar todas sus cosas. Si alteramos esta escalera y ofrecemos un piso con acompañamiento socioeducativo multiplicamos las probabilidades de que recupere su vida. La institucionalización de la persona no juega a favor. 

Páginas de información de la ciudad realizadas con la colaboración del Ayuntamiento de Barcelona.