Al contrataque

Acorralados

Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy, Javier Arenas y Esteban González Pons, durante el comité nacional del PP, el lunes.

Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy, Javier Arenas y Esteban González Pons, durante el comité nacional del PP, el lunes. / SP/TJ

Manel Fuentes

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Si entendiéramos que lo público es nuestro y sale de nuestros bolsillos y actuásemos responsablemente, acorralaríamos a la corrupción. Seríamos conscientes de que si unos fondos europeos que iban destinados a cursos de formación de parados terminan en manos privadas, nos los han robado a nosotros. Que si untesorerode un partido se ha llevado dinero de varios contratos públicos adjudicados por administraciones de ese partido, nos está robando a nosotros. Sabríamos que si se adjudica obra pública a cambio de comisiones nos están robando a nosotros y, por tanto, los partidos implicados serían juzgados, avergonzados y no les votaríamos más. Si entendiéramos que lo público es nuestro y sale de nuestros bolsillos, nos miraríamos las escuelas, los hospitales, las vías del tren, las carreteras y los aeropuertos no como si nos los hubieran traído los Reyes Magos, sino mirando detalladamente qué nos han costado, cómo los pagaremos, qué necesidad real teníamos de hacer esas obras y a quién se las hemos adjudicado. Si fuéramos responsables intentaríamos tener a los mejores administradores para nuestros bienes comunes. Y eso quiere decir dotarlos de sueldos competitivos. Mientras un inspector de Hacienda cobre menos que un asesor fiscal de una gran compañía, o un presidente de Gobierno menos que el director general de una gran compañía, la mediocridad y la tentación seguirán instaladas en lo nuestro. Y la corrupción seguirá creciendo.

¿Por qué los partidos políticos no aprueban nunca una ley que condene la financiación ilegal de los partidos políticos? ¿Por qué el partido que se ve salpicado por un caso de corrupción escurre el bulto y nunca da una respuesta satisfactoria y digna delante de la ciudadanía? Y aun sabiendo todo esto, ¿por qué seguimos votando desde el 'hooliganismo' a unas siglas sin entender que por más simpáticos que nos caigan esos tipos, son ellos, desde esas organizaciones, los que nos han estado robando?

Tal vez porque pensemos que votar a los de la competencia tampoco va a ser garantía de nada, porque también tuvieron, tienen o tendrán casos de corrupción por afrontar. Tal vez, porque creemos que el amiguismo y el trapicheo forman parte de nuestra vida y por eso también de la de nuestros políticos.

El caso es que esto no da más de si. La información de lasredes sociales va a poner en problemas a algunos peces gordos de manera irremediable. El tema está en si seremos capaces de armar una red social no solo virtual, sino visible y real en la calle para, desde la integridad, pedir otro sistema político. Sin clientelismo clandestino, sin opacidad ni comisionistas. Con transparencia, con caminos marcados y definidos, con organismos de control vigilantes, con lobis y peajes al sol y no a la sombra, con leyes que persigan la malversación de dinero público especialmente cuando vaya a los partidos políticos, ya que son ellos los que nos administran. Y, sobre todo, con nuestro rechazo total cuando, pese a todo lo anterior, se produzca un nuevo caso. Depende de nosotros, porque lo que se lleva la corrupción es ni más ni menos que nuestro dinero. Y de momento los grandes partidos continúan sin dar la talla. A ver si nosotros sí.