Lo que queda del 'Govern dels millors'

Joaquín Romero

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El nuevo Govern deArtur Maspresenta ciertas novedades dentro de una continuidad más que evidente, que se refleja sobre todo, en el mantenimiento de algunos de los peores gestores del anterior Ejecutivo, que casualmente formaban parte del grupo de independientes que iban a conformar elGovern dels millors .

Mas ha hecho equilibrios con las familias de CDC y con UDC, pero se ha reservado para él un gesto de firmeza que se materializa en la confirmación deBoi Ruizal frente de Salut. Esteconseller no solo es el responsable del conflicto constitucional del euro por receta y del incremento de las listas de espera, sino que en su afán por incorporar gestión privada al sector sanitario público, nombró y mantuvo aJosep Pratsen la dirección de los hospitales públicos mientras ostentaba cargos de responsabilidad en empresas privadas del sector. No desistió hasta que el fiscal imputó aPratspor presunta malversación de fondos públicos. Es muy difícil contemplar un caso como este sin tener la impresión de que la corrupción no preocupa en la Administración catalana.

Por otra parte, y aunque no se trata de poner en duda el prestigio y la valía deAndreu Mas-Colell como economista, decir que comoconsellerha brillado sería exagerado. Su papel en el primer Govern deMasse ha centrado en reclamar dinero a Hacienda, en denunciar el maltrato de Madrid en materia de reducción del déficit y en hacer propaganda de las virtudes de la independencia de Catalunya.

Este país tiene dos graves problemas económicos, además de lo que atañe a las finanzas públicas. Uno es el paro, con una tasa del 22,5%.Mas-Colellaquí lo confía todo a los efectos de la reforma laboral deMariano Rajoy.Ha repetido que en uno o dos años se dejará notar, y que en caso de que no sea así habrá que hacer otra reforma. Está claro su diagnóstico: la legislación laboral es la que dificulta la creación de empleo. En cualquier caso, es difícil oír hablar alconseller de este asunto. No forma parte de sus prioridades.

El otro gran problema es el de los precios. Catalunya tiene una inflación del 3,6%, frente al 2,9% de media española y al 2,2% de la zona euro. Es una especie de impuesto que castiga sobre todo a pensionistas y trabajadores, que pierden poder adquisitivo a un ritmo muy superior a los del resto de España.

Es posible que este asunto no quite el sueño aMas-Colell, partidario como es de que los salarios de los funcionarios vuelvan al nivel del 2007. Pero los precios también perjudican a las empresas catalanas porque suben sus costes: el índice de precios industriales está en el 3,3%. Si los repercuten, pierden competitividad y caen las ventas; y si no lo hacen, mantienen las ventas, pero pierden margen. Tampoco parece esta una de sus principales preocupaciones; de hecho, muchas de las medidas que ha apoyado contribuyen de forma directa a la escalada de los precios.

Al menos hay que felicitarse del cese deFrancesc Xavier Mena,titular hasta ahora de Empresa i Ocupació, casi desaparecido desde que tomó posesión del cargo en el 2010. Algún asesor deArtur Masconfundió a un profesor de Esade que hacía comentarios en televisión con un buen gestor. ¡Qué despiste!