'Yes Scotland' seduce con un activismo sin partidos

Voluntarios de 'Yes Scotland' reparten folletos en Carnwadric.

Voluntarios de 'Yes Scotland' reparten folletos en Carnwadric.

MARTA LÓPEZ / GLASGOW

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A la una del mediodía, en el local del número 1147 de Cathcart Road, en un distrito popular de clase media alejado del centro de Glasgow, hay prisa y trabajo. Una docena de hombres y una mujer se afanan en llenar de folletos los macutos azul marino dispuestos en el suelo, antes de salir a peinar las calles del barrio. Constituyen unos de los grupos que trabajan como voluntarios en la campaña Yes Scotland. Como ellos, hay decenas en toda la ciudad, cientos en toda Escocia, que durante meses se han encargado de que el mensaje a favor de la independencia llegue a todos los rincones, en una movilización social cuya dimensión ha sorprendido a todos los expertos y politólogos que siguen de cerca este proceso.

«Este es un movimiento de abajo hacia arriba y transversal, que funciona al margen de los partidos políticos», valora Kathryn Crameri, experta en movimientos independentistas de la Universidad de Glasgow. «Hay un gran interés de Yes Scotland en distanciarse del Partido Nacionalista Escocés (SNP)», apunta también a este diario David Torrance, conocido columnista y autor del libro La batalla por Gran Bretaña: Escocia y el referendo de independencia.

La primera vez

Los que hoy salen a patrullar en Cathcart son solo un ejemplo de este universo. John Hillay, escritor, jamás ha votado al SNP; Steven Hamer, diseñador gráfico, solo la última vez. Es la primera vez que han decidido implicarse en una actividad política. Bob Leslie, profesor de idiomas jubilado, estuvo en el pasado con los laboristas - «antes de que se convirtieran en una pandilla de corruptos», dice- pero ahora se sitúa en la órbita de grupos más a la izquierda, muy comprometidos en esta campaña.

Gavim Williamson es el jefe de esta patrulla, que hoy recorrerá Carnwadric, una zona de modestas casas de planta baja ajardinadas. Williamson distribuye a los equipos en coches y al llegar, saca el mapa. «Hasta aquí», señala. «A partir de esta casa, lo han hecho otros». «Es muy importante no repetir», afirma Leslie. La misión consiste en depositar folletos en los buzones.

Fiesta democrática

Solo en el pequeño local del 1147 de Cathcart Road colaboran durante 12 horas diarias varios grupos como este. Unos recorren las calles, otros llaman por teléfono, otros participan en conferencias y debates. Y así por toda Escocia. «Esto es una gran demostración democrática», afirma Steven. «Y es diferente, no luchamos contra algo, sino por algo», apostilla John. «Solo se necesitan un par de piernas funcionales», bromea Bob mientras a toda velocidad va dejando propaganda a favor del  de buzón en buzón.

«En tres días hemos repartido en esta zona 15.000 folletos», presume Bob. También lo hace de las 10.000 libras (más de 12.000 euros) que lleva recogidos Yes Scotland en una área en la que apenas viven 60.000 personas. Son todo pequeñas donaciones. «Así es como funcionamos, con miles de pequeñas contribuciones», afirman desde la campaña.

Las conferencias y charlas organizadas a lo largo y ancho de Escocia también son un modelo de éxito. Resuelto desde hace dos años el debate jurídico sobre la independencia, las discusiones se centran desde hace meses en cuestiones sociales y económicas. Los escoceses quieren saber cómo será su vida en una Escocia independiente. Se interesan por sus pensiones, por la sanidad, por la educación.

«Hace una semanas, en una pequeña localidad del oeste de Escocia de un centenar de habitantes, organizamos una charla sobre la independencia y.... ¡vinieron más de 100 habitantes!», afirma Michael Keating, director del Centro Escocés para el Cambio Constitucional y referencia obligada estos días en Edimburgo. «Ninguno de los que trabajamos en este proyecto fuimos capaces de anticipar este nivel de movilización social», admite.

Por ello, los activistas de Yes Scoltand están optimistas. Algunos incluso eufóricos. «Glasgow y Dundee son nuestras», dicen en Cathcart Road mientras los voluntarios se despliegan en las calles bajo varias banderas: Generacion SíMujeres por la Independencia.... David Torrance es muy claro: «Si gana el sí no habrá ganado ni el SPD ni Alex Salmond, habrá perdido Better Together». Porque la campaña del no, apenas es visible en las calles.

Y las batallas de opinión no se suelen ganar desde los salones.