EL ESCÁNDALO DEL 'RUSIAGATE'

Kushner pudo haber buscado establecer un canal secreto de comunicación con el Kremlin

Jared Kushner habla con su esposa, Ivanka Trump, durante un acto en Israel.

Jared Kushner habla con su esposa, Ivanka Trump, durante un acto en Israel. / JE/gk/LA

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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¿Fue la inexperiencia política? ¿Una locura? O lo que es peor, ¿fue delito? ¿Traición? Aún no hay respuestas pero la gravedad de las preguntas se intensifica y lo que cada vez está más claro es que Jared Kushner, el yerno de Donald Trump y el más alto asesor del presidente en la Casa Blanca investigado por el FBI en el Rusiagate tiene mucho que explicar. The Washington Post reveló este viernes que Kushner buscó establecer un canal “secreto y seguro” de comunicación con el Kremlin en una reunión durante la transición con el embajador de Rusia en EEUU, Serguéi Kislyak. Eso al menos comunicó Kislyak a sus superiores en Moscú tras el encuentro en una conversación interceptada por los servicios de inteligencia estadounidenses.

La reunión de Kushner y Kislyak tuvo lugar el 1 o el 2 de diciembre en la Torre Trump y en ella participó también Michael Flynn, que tuvo que dimitir en febrero como Asesor de Seguridad Nacional de Trump al conocerse que había mentido sobre sus conversaciones con el diplomático ruso. Según las fuentes gubernamentales que han hablado con el Post, Kislyak contó a sus superiores tras el encuentro que Kushner propuso establecer el canal secreto y sugirió usar instalaciones diplomáticas rusas en EEUU.

Aunque no es raro que Rusia propague información falsa en comunicaciones que cree que están siendo vigiladas por la inteligencia estadounidense, como sería la que tuvo Kislyak con Moscú, las fuentes del Post dudan que el embajador tuviera nada que ganar haciéndolo en este caso concreto. Aseguran también que el diplomático se mostró sorprendido por la propuesta. El Departamento de Estado, el Consejo de Seguridad Nacional y las agencias de inteligencia estadounidense tienen capacidad para establecer canales seguros de comunicación con extranjeros, pero ninguno de ellos recibió solicitud de Kushner para hacerlo durante la transición, cuando Barack Obama aún estaba en la presidencia.

TUFO A ENCUBRIMIENTO

Aunque Kushner no ha sido formalmente acusado de nada el tufo a encubrimiento empieza a hacerse insoportable. La Casa Blanca no reconoció hasta marzo que habían tenido lugar sus encuentros con representantes rusos, pero entonces minimizó su trascendencia. El propio Kushner no informó de esos contactos, que también incluyen una reunión durante la transición con Serguéi Gorkov, un ejecutivo del banco Vnesheconombak formado en una escuela de espías rusa, cuando presentó la documentación requerida para obtener la luz verde de los servicios seguridad al llegar a un alto cargo en la Casa Blanca.  Solo cuando The New York Times desveló ese hecho su abogada reconoció el “error” y se enmendó.

Lo malo para Kushner es que hay un incesante goteo de nueva información. El viernes Reuters reveló que entre abril de 2016 y el 8 de noviembre, día de las elecciones, el yerno de Trump mantuvo dos conversaciones telefónicas con Kislyak de las que tampoco había noticias hasta ahora. Y CNN afirma que el FBI investiga la operación de análisis de datos de la campaña de Trump, que supervisó Kushner. La agencia ha recopilado información sobre el uso de bots informáticos para propagar en las redes sociales noticias, a menudo falsas, que resultaran dañinas para Hillary Clinton y positivas para Trump. Kushner, además, "urgió" a Trump al polémico cese del director del FBI, James Comey, y le animó a "contraatacar" cuando se nombró a Robert Mueller fiscal especial para el RusiagateRusiagate.

TODA LA CAMPAÑA EN EL PUNTO DE MIRA

Kushner es la figura más destacada afectada por las investigaciones pero toda la campaña de Trump está en el punto de mira. El Post también ha revelado que el Comité de Inteligencia del Senado ha comunicado al tesorero del comité de campaña que deben reunir y facilitar todos los documentos, correos electrónicos y registros telefónicos desde junio de 2015, cuando el ahora presidente lanzó su candidatura.