Las historias del Nilo de Xavier Aldekoa

Un viaje por las aguas del río más largo del mundo sirve como pretexto al periodista en 'Hijos del Nilo' para acercar la heterogénea realidad de África

Una mujer desplazada interna en Sudán del Sur lleva agua al campamento en el que se refugia.

Una mujer desplazada interna en Sudán del Sur lleva agua al campamento en el que se refugia. / periodico

BEGOÑA GONZÁLEZ

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Uganda, Sudán, Sudán del Sur, Etiopía y Egipto. Cinco países, cinco realidades unidas por un elemento común: el Nilo. África acostumbra a ser vista como un todo, pero es más bien una suma de partes muy diversas que cambian constantemente. "El Nilo no es un río. El Nilo es mucho más". De manera simple y concisa pero llena de matices define Xavier Aldekoa en su libro 'Hijos del Nilo' (Ed. Península) la realidad de las vidas que transcurren a ambos lados de un río de más de 6.650 kilómetros que une y nutre a los heterogéneos pueblos que beben de sus aguas. 

"El Nilo es una especie de esencia de África. Su cauce recorre el África negra, las tierras árabes y llega al Mediterráneo, culturas distintas que no se pueden comprender sin tener en cuenta sus interconexiones", explica el periodista. "Sin el Nilo, la cultura occidental no sería como es", asegura el periodista en las páginas de su crónica, que recoge su viaje por unas aguas que discurren entre la paz del norte de Uganda, la guerra de Sudán del Sur, la vida en los valles de Etiopía o la muerte en los calabozos de Egipto y Sudán. 

Grace es una chica sursudanesa que vive refugiada en Kenia tras haber huido de la guerra que asola su país y cuya máxima ilusión y aspiración vital es estudiar y convertirse en médico. En su empeño por conseguirlo emprendió un temerario viaje en soledad hacia la frontera y desafió a la muerte como muchos compatriotas hacen cuando se embarcan en tales aventuras.

Como el de Grace, el libro recoge varios testimonios que parecen dignos de un guion de cine y no son más que la pura realidad. Las vidas de unas jóvenes supervivientes de violaciones masivas en Sudán de Sur, el tono grisáceo de la vida en Egipto tras la decepción de la fallida primavera árabe, y el orgullo de Solomon y sus colegas de sus raíces etíopes son tan solo tres de las historias que acercan al lector a la perspectiva de constante superación de los protagonistas, que toma matices distintos según el país en el que se encuentran.

"NO HAY QUE DESTACAR EL SUFRIMIENTO"

"Lo que hay que destacar en todas estas vidas no es el papel de víctima ni el sufrimiento, sino su capacidad de superación y de ir más allá", explica el periodista. "En todas estas historias, lo fácil es culpar al 'malo', pero debemos ser conscientes de que lo que realmente aporta valor a la historia es la decisión de plantarse y superarlo", añade. 

El libro no solo recoge historias de superación, amenizadas por las anécdotas del viaje y fragmentos de contextualización histórica, Aldekoa presenta también a una serie de personajes peculiares y situaciones habituales en unos países tan distintos y parecidos entre sí, que permiten conocer un poco más el continente. 

"En una época en la que muchos se empeñan en crear muros, otros tienden puentes, pero al final es la gente la que ha de decidir cruzarlos", afirma Aldekoa, quien asegura que con estas historias solo pretende acercar una realidad en la que muchos pueden sentirse en algún aspecto identificados.