UN REFERÉNDUM HISTÓRICO

Vencedores y vencidos

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Ha sido una batalla muchísimo más reñida de lo que se esperaba. Si David Cameron creyó que ganar la consulta independentista estaba cantado, se equivocó. Ni la clase política de Westminster, ni el resto del país estaban preparados para una posible separación. Incluso antes de conocerse oficialmente el resultado de referéndum, ya puede hacerse la lista provisional de quién gana y quién pierde.

GANADORES

ALEX SALMOND

El gran líder de la nación escocesa

Cualquiera que sea el veredicto final, Alex Salmond es el gran ganador de la consulta. De vencer el sí habrá conseguido lo inaudito, acabar con el Reino Unido, hacer de Escocia una nación soberana. Si gana el no, habrá logrado ampliar considerablemente los poderes de la autonomía. Salmond ha puesto de rodillas a los tres principales líderes británicos y ha sabido ilusionar a los escoceses. Les ha entusiasmado con un proyecto del que se han debatido hasta la saciedad pros y contras. Su habilidad no la discuten ni sus enemigos.

PARTIDO NACIONAL ESCOCÉS

La fuerza indiscutible

Cuando ganó por mayoría absoluta en el 2011, su inesperada victoria se atribuyó menos al auge del nacionalismo que a un voto de castigo de los laboristas desencantados. Tres años después, ni los laboristas, ni ningún otro partido parecen rivales inquietantes. El viento sopla a favor del SNP, que se ha transformado en la gran fuerza política de Escocia. Durante la campaña, los nacionalistas han demostrado tener una gran capacidad de movilización. La contribución de Nicola Sturgeon, la número dos del Gobierno escocés, ha sido decisiva.

GORDON BROWN

La resurrección del exprimer ministro

Conserva el puesto de diputado, pero había dejado prácticamente la política activa. Ni David Cameron, ni Ed Miliband se acordaron del exprimer ministro laborista Gordon Brown hasta que comprendieron de golpe que iban a perder la consulta. Brown es escocés y vive en Escocia. El único laborista de talla que reúne esas características. Y el político taciturno y mal amado, se puso al frente de las tropas. Redactó el plan de devolución de poderes. Rescató la campaña del no. Rehabilitado, cuentan con él para las futuras negociaciones con Salmond.

LA DEMOCRACIA

El triunfo del debate ciudadano

¿Quién dijo que la política no le interesa a la gente? El reférendum en Escocia no ha dejado a nadie indiferente. Los escoceses han participado masivamente, con pasión, en los debates que brotaban espontaneamente, en las aulas, en el pub, entre amigos, en las familias. Los famosos se han mojado, los vecinos de cada barrio también. Cada cual ha hecho suya la pregunta sobre el destino de la nación en la que vive. Y cada uno ha dado una respuesta. La participación en las urnas ayer fue memorable. El comportamiento cívico de todos también.

PERDEDORES

DAVID CAMERON

El principio del fin

Si quería salvar la unidad del país, su jugada del todo por el todo le deja herido, quizá mortalmente. David Cameron calculó mal. Pudo haber aceptado el referéndum pero haber incluido la tercera opción de aumentar los poderes autonómicos. No quiso. Tan convencido estaba de la victoria, tan seguro. A última hora, a la carrera, ha tenido que dar marcha atrás, rogar, suplicar, humillarse. Un grupo de sus propios parlamentarios ya ha advertido que se opondrá a las nuevas concesiones «discriminatorias» para Escocia. Quizá no sobreviva.

ED MILIBAND

Llegó tarde y mal

En sus manos estaba convencer a los electores laboristas de que la independencia era un error. Su papel en asegurar esos votos indecisos era fundamental. Pero Ed Miliband llegó tarde a Escocia, en la recta final, bastante forzado. Parecía totalmente fuera de lugar, extranjero en aquellas tierras. Entre el líder londinense y los votantes escoceses no circuló la corriente. Al final hubo que recurrir a Brown. Miliband quizá se convierta en el próximo primer ministro del Reino Unido, pero en Escocia ha vuelto a demostrar que le falta peso.

EL PARTIDO LABORISTA

Un mal negocio

Sobre el papel era el motor de la coalición «Mejor juntos». Los laboristas han sido tradicionalmente muy bien vistos entre las clases populares escocesas, especialmente en las barriadas de Glasgow. Pero esa militancia parece ser cosa del pasado. En la campaña del no, fueron viendo impotentes, como sus fieles de otra era desertaban al campo de Salmond. De ganar el sí, el partido puede sufrir una sangría en Westminster. O bien sus 49 diputados escoceses deben marcharse, o quizá no puedan votar en la legislación sobre Inglaterra.

WESTMINSTER

El equipo rival

El desembarco de políticos del Parlamento británico durante la campaña fue mal recibido por los escoceses. Llegaban a apagar el fuego, preocupados por salvar la Unión. Luego, volvían a marcharse rápidamente a Londres y si te he visto no me acuerdo. Salmond lo definió como el equipo de Westminster contra el equipo de Escocia. Sea cual sea el resultado, detrás de los escoceses vendrán Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte pidiendo un trato igual, con mucha más autonomía. El poder de Westmister esta llamado a irse debilitando.