Se rompe un tabú en un país laico

El velo islámico vuelve de forma legal al Parlamento de Turquía

Dos de las diputadas del partido de Erdogan al inicio de la sesión parlamentaria de ayer.

Dos de las diputadas del partido de Erdogan al inicio de la sesión parlamentaria de ayer.

ANDRÉS MOURENZA
ATENAS

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Un tabú se rompió ayer en la laica Turquía cuando cuatro diputadas asistieron al Parlamento por vez primera -y sin contravenir la legislación- tocadas con el velo islámico. Las parlamentarias, todas ellas del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), habían tenido un precedente en Merve Kavakçi, una representante islamista que en protesta por la prohibición acudió al hemiciclo con la cabeza cubierta en 1999: el resto de partidos, en su mayoría laicistas, armaron una bronca descomunal y terminó expulsada de la Cámara, de la que salió llorando y humillada. Se la despojó del escaño, fue inhabilitada para la política y se le retiró la ciudadanía turca.

Ayer, en cambio, las diputadas del partido islamista moderado que gobierna Turquía desde hace 11 años lo hacían con todas las de la ley. Hace un mes el Gobierno que dirige Recep Tayyip Erdogan autorizó el ejercicio de cualquier función pública -excepto en la judicatura, la Policía y el Ejército- con velo y eso incluye a las diputadas que ayer entraron en la sesión en medio de aplausos de su grupo parlamentario. «Esta es una atmósfera muy bonita para Turquía. Todo el mundo ha dicho lo que quería de un modo democrático», afirmó Sevde Beyazi Kaçar, una de las cuatro veladas.

¿Es esto un avance para las mujeres turcas -el 60% de las cuales llevan velo- o un paso más en la imposición de la visión religiosa de Erdogan? Durante años, el principal partido de la oposición, el nacionalista laico CHP, se había negado a liberalizar el uso de esta prenda por considerarlo un «símbolo del islam político» pero actualmente, dirigido por el más socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, ha suavizado su postura. De hecho, un portavoz del partido, Muharrem Ince, se felicitó por la iniciativa aunque criticó al Gobierno por utilizar el papel de «víctima» en su provecho y no preocuparse lo suficiente por los derechos de las mujeres. También los progresistas kurdos del partido BDP dieron la bienvenida a la nueva regulación, y su diputada Pervin Buldan exigió que ningún hombre interfiera en el modo de vestir de las mujeres.

ACTO DE REAFIRMACIÓN / «Las mujeres deberían ser libres de llevar el velo en público en tanto que esto no obligue moralmente a las otras a cubrirse también. Toda mujer debería tener libertad de elección en este tema», afirmó la relatora del Parlamento Europeo para Turquía, la democristiana holandesa Ria Oomen-Ruijten. Pero esto es algo que no está tan claro en un país que, por un lado, se ha modernizado con paso de gigante durante la pasada década al mismo tiempo que el Ejecutivo conservador trata continuamente de influir en la vida privada de las personas con su ideario religioso, de manera que el simple acto de llevar una minifalda o un escote -igual que hasta ahora el velo- puede adquirir la connotación de un acto de reafirmación política. Recientemente, el vicepresidente del AKP, Hüseyin Çelik, logró que la presentadora de un canal progubernamental fuese despedida después de criticar su vestido escotado.

Por si fuera poco, no todas las restricciones a la vestimenta parlamentaria han sido abolidas ya que las normas de etiqueta -que datan del inicio de la República en la década de 1920- obligan a las diputadas a vestir falda, en aquella época considerado como un símbolo de europeización. Ayer la parlamentaria Safak Pavey volvió a quejarse de este «tratamiento injusto» ya que ella tiene una pierna ortopédica y exige que se le permita usar pantalones.