VIOLENCIA EN ORIENTE PRÓXIMO

Brigadistas contra la yihad

Varios occidentales han viajado a Siria e Irak para combatir junto a los kurdos contra el Estado Islámico

El combatiente 8 Jordan Matson, el segundo por la izquierda, junto a varios combatientes kurdos.

El combatiente 8 Jordan Matson, el segundo por la izquierda, junto a varios combatientes kurdos.

ANDRÉS MOURENZA / ISTAMBUL

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De acuerdo a la Oficina Antiterrorista de Estados Unidos, el número de combatientes extranjeros en la guerra civil de Siria asciende ya a 16.000 y de ellos unos 2.000 proceden de países occidentales. Está claro que el grupo más beneficiados es el Estado Islámico (EI), que se está aprovechando de la probablemente mayor movilización yihadista de la historia. Pero también comienza a haber voluntarios en el otro bando.

Es el caso de Brian Wilson y Jordan Matson dos exmilitares estadounidenses que se han unido a las Unidades de Protección Popular (YPG), la milicia kurda que lucha contra el EI en Siria. Matson, de 28 años, trabajaba en una empresa de empaquetado de alimentos hasta que el pasado agosto rompió con su novia y comunicó a su jefe que dejaba el trabajo. Después de varios meses en contacto con las YPG a través de Facebook, los milicianos kurdos lo habían aceptado. En septiembre voló a Turquía y de allí cruzó irregularmente al cantón de Yazira, uno de los tres territorios liberados por los kurdos de Siria junto a Afrin y Kobani.

«Tras dos años en que no hubo política exterior [de EEUU] en esta región, decidí que ya era suficiente -relató Matson en una entrevista a la CNN-. Si no luchamos, el EI crecerá. Así que necesitamos hombres en el frente para llevar la lucha al terreno del enemigo, antes de que el enemigo la lleve a nuestro terreno». Al poco de llegar, Matson resultó herido por una explosión de mortero en plena batalla. «Pero envié a un bastardo del EI al infierno», se jactó en su Facebook.

Problema legal a la vuelta

Wilson, un veterano de la Fuerza Aérea de EEUU, divorciado y con dos hijos, se unió a las YPG por motivos parecidos. «Estos tipos no solo luchan contra el EI, sino que, al contrario de otros grupos armados de la región, también hablan de democracia y derechos humanos», afirmó en declaraciones a Vice News.

Las autoridades de Estados Unidos han dejado claro que es ilegal que cualquiera de sus ciudadanos se una a cualquier milicia armada en Siria, aunque Matson cree que no será considerado un terrorista cuando regrese a casa.

Todo lo contrario que en Holanda, donde el portavoz de la Fiscalía, Wim de Bruin, dijo que no está prohibido unirse a un grupo armado extranjero siempre y cuando no luche contra Holanda o esté incluido en la lista de organizaciones terroristas, como sí es el caso del EI. Esta explicación llegó después de que el líder del club de motociclistas No Surrender, Klaas Otto, asegurase a un canal holandés que tres de sus miembros combaten contra los yihadistas junto a los peshmerga.

Las cifras varían y resulta muy difícil saber a ciencia cierta cuántos occidentales se han unido a los combatientes kurdos, según explica a EL PERIÓDICO Muhammad Kemal un periodista de la región kurda de Yazira, pues están esparcidos por el frente y la retarguadia y el mando de las YPG no da datos concluyentes. El mismo Kemal conoce a tres estadounidentes pero otras fuentes hablan de varias decenas de occidentales. Además, hay muchos voluntarios procedentes de Turquía -la mayoría aunque no todos, de origen kurdo-, así como árabes, cristianos y yazidís, parte de ellos de Irak, que han creado sus propias unidades en el seno de las YPG.

Igualmente hay hijos y nietos de inmigrantes kurdos nacidos en Europa. Por ejemplo, un par de miembros de la banda de moteros alemana Median Empire, formada en su mayoría por personas de origen kurdo, acudieron a principios de año a llevar ayuda a los campos de refugiados en Irak, con sus chaquetas de cuero y sus brazos tatuados, pero decidieron tomar las armas y combatir en Siria a los yihadistas.

«Las YPG están abiertas a los voluntarios de todas partes del mundo que quieran luchar contra el EI para proteger a la humanidad», afirma Masud, un portavoz de la autoridad kurda de Yazira. El mando de esta milicia ya ha declinado algunos voluntarios puesto que prefiere a aquellos con experiencia militar.

Proselitismo en la red

Por ello, una de las labores que está desempeñando el estadounidense Matson es la de reclutamiento a través de las redes sociales. «Exmilitares de Europa Oriental y Occidental, Canadá, EEUU, Australia se han interesado. El Estado Islámico es una amenaza para estos estados y los veteranos que aman a su país no quieren quedarse de brazos cruzados mientras esto sucede», aseguró el joven.

Además, una asociación de veteranos de los servicios de Operaciones Especiales de Gran Bretaña y EEUU ha fletado una misión -financiada a través de donaciones privadas- para ofrecer tratamiento médico y entrenamiento militar a los kurdos en Irak.