la carrera al Elíseo

Valls y las dos almas del socialismo francés

Valls, durante un discurso en Nancy, este viernes.

Valls, durante un discurso en Nancy, este viernes. / periodico

EVA CANTÓN / PARÍS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Fue el propio Manuel Valls quien certificó la existencia de dos izquierdas “irreconciliables” en el seno del socialismo francés. Ahora, despejado el terreno por François Hollande, si el primer ministro decide lanzarse a la batalla de las primarias que la izquierda celebra el próximo mes de enero, tendrá difícil conciliar esas dos almas.

La personalidad del político nacido en Barcelona hace 54 años divide profundamente al Partido Socialista, aunque los sondeos empiezan a mostrar una mejora en sus índices de popularidad entre los simpatizantes del partido. Un 63%, tres puntos más que este verano, según el barómetro de BVA difundido este viernes.

Valls se situaría, además, por delante de uno de sus máximos rivales, el exministro de Economía y antiguo protegido de Hollande, Emmanuel Macron, que se ha lanzado en solitario a la carrera presidencial con su movimiento ‘En Marcha’. El mismo sondeo le otorga una intención de voto del 27% frente al 23% de Macron.

El inquilino de Matignon parece haber ganado la primera manga al forzar el fuera de juego de Hollande con una entrevista publicada en Le Journal de Dimanche en la que no ocultó sus aspiraciones para vestir los colores del partido en las elecciones primarias.

VARIOS CONTRINCANTES

Sin embargo, tendrá enfrente no solo a Macron sino al ‘rebelde’ exministro de Economía Arnaud Montebourg, quien ya ha expresado sus dudas sobre la capacidad del primer ministro para generar el consenso suficiente en torno a su persona.

La firmeza con la que Valls ha defendido durante todo el mandato de Hollande las reformas económicas de corte liberal y su apuesta por la línea dura en materia antiterrorista le alejan claramente del ala izquierda del partido.

“Me parece que no puede encarnar el futuro de la izquierda”, ha declarado el exministro de Educación Benoît Hamon, que figura en la nómina de aspirantes a las primarias.

REFORMA Y JUSTICIA SOCIAL

Mientras sus contrincantes le han puesto en la diana de las críticas, Valls ha prometido este viernes en Nancy defender el balance de la presidencia de François Hollande poniendo el acento en lo que se adivina el eje de su campaña: la reforma y la justicia social. “Políticas públicas fuertes y solidaridad”, ha prometido el primer ministro sin desvelar aún sus cartas.

Se espera que Valls oficialice en los próximos días su candidatura. Aunque legalmente podría seguir al frente de Matignon incluso proclamándose aspirante a las presidenciales del 2017, cobra fuerza la hipótesis de que deje su puesto en manos del titular de Interior, Bernard Cazeneuve, o del de Defensa, Jean Yves Le Drian.

De momento, según ha revelado la televisión BFM, los colaboradores de Valls han informado a la prensa de que el primer ministro ha cambiado de número móvil.

También ha modificado su agenda y este sábado no participará, como estaba inicialmente previsto, en la convención de la alianza popular que congrega en torno al PS a diversos partidos progresistas.

FECHA LÍMITE

La reunión marcará la pauta organizativa de las primarias, en las que la nómina de aspirantes podría ampliarse de aquí al 15 de diciembre, fecha límite para la presentación de candidaturas. La exministra de Justicia Christiane Taubira, artífice de la ley sobre el matrimonio homosexual, podría agregarse a la lista.

Otro líder destacado de la izquierda, el jefe de filas de la Izquierda Radical, Jean Luc Melénchon, se presentará sin pasar por la casilla de las primarias, así que incluso si gana la batalla interna, el camino de Valls no será fácil.

DISPERSIÓN PROGRESISTA

La dispersión del voto progresista conduce directamente a un escenario en el que François Fillon, recién elegido candidato de la derecha, y la ultraderechista Marine Le Pen, se disputen la presidencia de la República el próximo mayo.

Hasta ahora, el frente republicano ha logrado pararle los pies al Frente Nacional, pero el perfil ultraliberal y conservador de Fillon puede disuadir a muchos electores de izquierda de dar su voto al exprimer ministro de Nicolas Sarkozy.