GUERRA EN EL SOCIALISMO FRANCÉS

Valls, al ataque

El primer ministro de Francia carga contra la izquierda «nostálgica» y vuelve a poner sobre la mesa el cambio de nombre del Partido Socialista

Firme 8 Valls visita una planta experimental cerca de Bordeaux.

Firme 8 Valls visita una planta experimental cerca de Bordeaux.

EVA CANTÓN / PARÍS

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La guerra interna del socialismo francés ha quedado este jueves oficialmente declarada con el órdago lanzado por el primer ministro, Manuel Valls, que arremetió contra una izquierda «nostálgica» anclada en el pasado y que se aferra al «súperego marxista» y al recuerdo de los años gloriosos. Un mensaje claro dirigido a la línea de flotación de la corriente que critica el reformismo impulsado desde el Elíseo por François Hollande.

De esta forma, Valls dio también un paso al frente para reclamar su sitio en una formación política que inicia un debate farragoso de cara a su Congreso del 2015. «La izquierda que yo encarno mantiene un ideal: la emancipación. Es una izquierda pragmática, reformista y republicana», dijo en una entrevista al semanario 'Nouvel Observateur', publicación que ayer estrenó su nuevo nombre ('L'Obs'). Ninguna referencia, pues, al socialismo en la definición de la izquierda que ofreció el primer ministro, que volvió a poner encima de la mesa la idea de cambiar el nombre del partido. «Sí, la cuestión del cambio de nombre del Partido Socialista (PS) todavía tiene que plantearse», sentenció, partidario también de abrir la formación para ocupar el espacio del centro político. El revuelo provocado por el primer ministro llevó a Cambadélis, actual secretario del PS, a realizar una declaración solemne en la sede del partido para lamentar «el triste espectáculo» provocado por la división y las posiciones enfrentadas que se están viviendo estos días. «Los socialistas deben mantenerse unidos. Las corrientes socialistas tienen que debatir sin batirse», rogó.

Unas horas antes, era el presidente del grupo socialista en la Asamblea Nacional el que pedía a gritos un alto el fuego reprochando a Valls reabrir de nuevo el debate sobre el nombre del partido. «Concéntrate en tu trabajo de primer ministro, responde a las expectativas de los franceses y deja este debate a los militantes socialistas que ya discutirán de todo esto cuando llegue el próximo congreso», le lanzó. Son precisamente los preparativos del cónclave del 2015 los que están detrás de posiciones como la de la exprimera secretaria del PS y referencia de la izquierda Martine Aubry. El pasado domingo, la alcaldesa de Lille se enfrentó abiertamente a Hollande y a Valls reclamando una reorientación de la política económica. Su petición obtuvo respuesta por parte del primer ministro, con el que mantiene desde hace años una gélida relación.

Debate «útil»

«No comparto su propuesta de ir hacia atrás y perder todos los frutos de nuestros esfuerzos», apuntó. A su juicio, el debate es «útil», pero también «la responsabilidad, la unidad y la cohesión». A continuación, enumeró algunos de sus «referentes», entre los que mencionó a Felipe González, Olof Palme o Willy Brandt.

Como en otras ocasiones, Valls alertó del riesgo que corren las fuerzas progresistas de desaparecer si no se reinventan. «Frente al retroceso que propone la extrema derecha, con la salida del euro y el cierre de fronteras, frente a una derecha inspirada en el declive, es esencial que la izquierda se rearme intelectualmente. Si la izquierda no se reinventa, puede morir».