Una recuperación de pobres

De Guindos y Varoufakis, en una reunión reciente en Bruselas.

De Guindos y Varoufakis, en una reunión reciente en Bruselas.

ELISEO OLIVERAS

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La recuperación de la que se vanagloria Mariano Rajoy esconde detrás de las grandes cifras una recuperación de pobres, que agrava la desigualdad en España y en Europa debido la política aplicada. La tasa de paro está aún en el 11,2% en la eurozona y en el 23,4% en España, según Eurostat, mientras que en diciembre del 2007 estaba en el 7,2% y el 8,6%.

Los empleos a tiempo completo son sustituidos por otros a tiempo parcial y los empleos industriales bien retribuidos son reemplazados por otros más precarios y peor retribuidos. El empleo a tiempo parcial afecta ya al 22,1% de los ocupados en la eurozona y al 16% en España.

En el cuatro trimestre del 2014, todo el empleo neto creado en España fue a tiempo parcial mientras que desaparecieron 130.800 empleos a tiempo completo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Incluso Alemania tiene más de 7,5 millones de personas en miniempleos pagados a 450 euros al mes, lo que supone el 18% de los ocupados.

Los informes de la OCDE, Oxfam y Caritas señalan que España es uno de los países donde más se ha acentuado la desigualdad, mientras que el número de millonarios sigue creciendo: un 13% en el 2013 y otro 24% en el 2014, según Credit Suisse.

La retribución anual media por asalariado en el 2013 (18.505 euros) fue inferior a la del 2008 (18.996 euros), según la Agencia Tributaria. Los salarios han pasado de representar el 50,2% del PIB en España en el 2008 al 46,9% en el 2013. Por el contrario, las rentas empresariales han subido desde el 41,6% del PIB del 2008 hasta el 46,9% en el 2013.

Todo ello es fruto de la política de recortes de salarios y de ajustes impuesta por la Comisión Europea, y por la cancillera alemana, Angela Merkel. Esta política ha sido calificada como «Los Juegos del Hambre de Europa» por los economistas Servaas Storm y C.W.N. Naastepad.

«Un país no es más competitivo porque sus trabajadores cobren menos que en otros países, sino por su capacidad de exportar productos de alta tecnología, calidad y diseño, como Alemania», destacó Storm.

La Comisión Europea justificó su política de austeridad en un informe de los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, que manipularon las estadísticas para que avalaran su tesis de que una deuda pública superior al 90% del PIB frena abruptamente el crecimiento. Pese a que los economistas Thomas HerndonMichael Ash Robert Pollin de la Universidad de Massachusetts Amherts demostraron en el 2013 la manipulación y la falsedad de esos datos, Europa sigue con la misma política.

El pasado febrero, los presidentes de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, y del Banco Central Europeo, Mario Draghi, presentaron a los líderes de la UE el análisis: «Preparando nuevos pasos para un mejor gobierno económico de la zona euro», en el que también juegan con las estadísticas para que respalden su tesis de que las subidas salariales son responsables del elevado paro.

No es culpa de los salarios

En el gráfico número 4 comparan la subida de los costes laborales del 2001-2009 con la del paro del 2009-2013 para establecer una falsa secuencia de causa-efecto entre la subida salarial y el aumento del paro sufrido por España, Grecia, Irlanda y Portugal, como si no se hubiera producido una crisis financiera y una burbuja inmobiliaria por la dejadez de los supervisores y como si no se hubiera producido un drástico recorte del gasto público y un cierre crediticio que condenó a la quiebra a decenas de miles de empresas.

El economista Roland Janssen ha rehecho el gráfico comparando las subidas salariales y del paro pero en el mismo periodo 2009-2013 y entonces el resultado es el opuesto. En España, Grecia y Portugal, que recortaron más los salarios, fue donde más creció el paro. Por el contrario, donde aumentaron los sueldos, la subida del paro fue más modesta, como Francia, Holanda, Austria y Bélgica, e incluso bajó, como en Alemania, pese a que los costes laborales alemanes son, según Eurostat, un 48% más altos que los de España.