LA CRISIS GRIEGA

Una UE perpleja cita a los líderes a una cumbre extraordinaria

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker (centro), habla con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk (izquierda), y el presidente del BCE, Mario Dragui, el pasado 25 de junio en Bruselas.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker (centro), habla con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk (izquierda), y el presidente del BCE, Mario Dragui, el pasado 25 de junio en Bruselas. / YH/LP/

SILVIA MARTÍNEZ / BRUSELAS

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La política en Grecia seguramente no volverá a ser la misma tras el incontestable rechazo de los griegos a la propuesta de reformas planteada por los acreedores institucionales, pero probablemente tampoco en la eurozona y de ahí la urgencia con la que el presidente francés, François Hollande, y la cancillera alemana, Angela Merkel, anunciaron ayer una reunión de emergencia para esta misma tarde en el Elíseo. El objetivo: analizar las consecuencias de la consulta y marcar de nuevo el rumbo ante una posible negociación que Atenas quiere reabrir de inmediato.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, convocó ayer una eurocumbre de jefes de Estado y de Gobierno extraordinaria para este martes por la tarde mientras que el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, que inició ayer los contactos al más alto nivel político con el resto de países de la zona euro, anunció que celebrará hoy por la mañana una teleconferencia en la que participarán Tusk, Mario Draghi (Banco Central Europeo) y Jeroen Dijsselbloem (Eurogrupo).

El sentir generalizado en la UE era ayer de perplejidad y preocupación. «Si estos resultados se confirman entonces Grecia solo tiene un camino que tomar: dejar la zona euro», advirtió con dureza la primera ministra de Polonia, Ewa Kopacz. La primera voz que se escuchó desde el Gobierno alemán tras conocerse los resultados del escrutinio fue el líder del Partido Socialdemócrata (SPD), Sigmar Gabriel, y ministro de Economía, quien consideró que el Ejecutivo de Atenas «ha roto los últimos puentes» que podían llevar a un compromiso entre Europa y Grecia.

ARCAS VACÍAS

El presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, recordó que la pelota está de nuevo en Atenas y que es su Gobierno quien debe convencer al resto de países de la zona euro de negociar de nuevo. «Espero que el Gobierno presente propuestas constructivas en las próximas horas que hagan posible una renegociación. Si no entraremos en tiempos muy difíciles», alertó a través de una declaración televisada. «Los 18 miembros de la eurozona estaban de acuerdo con propuestas a las que los griegos han dicho no, 18 gobiernos y parlamentos que también son democráticos y que tienen otra opinión». Schulz dejó caer incluso que en la reunión de mañana en Bruselas debería salir «un programa de ayuda humanitaria para Grecia». «Los ciudadanos ordinarios, pensionistas, los enfermos o los niños en las guarderías no pueden pagar un precio por la dramática situación a la que les ha llevado su Gobierno».

El problema más acuciante al que se enfrenta Atenas es la falta de liquidez que amenaza con llevar a bancos y al país a la bancarrota. Por eso se mira también con gran expectación a la reunión que mantendrá hoy en Fráncfort el consejo de gobierno del Banco Central Europeo. Pese al corralito y al control de capitales decretado, las entidades helenas han seguido vaciándose y quedaban el viernes, según la patronal bancaria griega, unos 1.000 millones. Lo que significa que el encuentro es clave.

Si el BCE eleva la liquidez, tal y como ha pedido Atenas, Grecia evitará la bancarrota de sus bancos y ganará tiempo para convencer a sus socios de que es necesario volver a negociar lo antes posible. Lo más probable es que Draghi opte por mantener la ELA congelada hasta escuchar la señal política de París y de la reunión del grupo de trabajo de la zona euro -con los números dos de los ministerios de economía y finanzas- que tiene previsto mantener esta tarde.