Una nueva noche de protestas y barricadas en Estambul acaba con 30 heridos

La multitudinaria y pacífica manifestación que ayer sábado volvió a llevar a la plaza estambulí de Taksim la rabia de muchos turcos contra las formas cada vez más autoritarias del gobierno conservador de Recep Tayyip Erdogan fue violentamente dispersada por la policía, aunque ello no amilanó a los manifestantes que durante buena parte de la noche mantuvieron la protesta en las calles aledañas.

Con la primera carga policial, en la que se utilizaron golpes de porra y tanquetas de agua a presión, los manifestantes fueron empujados a Istiklal, una importante avenida peatonal cuajada de comercios y bares que es uno de los principales centros de diversión nocturna de los fines de semana y que, por lo tanto, tiene razones sobradas para estar enfadados con un Erdogan que pretende restringir a partir de septiembre la venta de alcohol. Muchos bares y restaurantes mantuvieron sus puertas abiertas para que los manifestantes se refugiaran en ellas mientras definían la actuacción de los policías contra personas pacíficas tachándolos de "animales".

Los manifestantes aprovechaban las calles traseras del barrio para emboscar y lanzar piedras a la policía y a los TOMA (vehículos blindados que disparan agua a presión) obligándoles a replegarse varias veces hacia la plaza de Taksim, tras lo cual los agentes comenzaron a hacer uso del gas pimienta y dispararon balas de goma ante una protesta en la que muchos no esperaban el uso de químicos y no iban adecuadamente preparados para hacerles frente. Este periodista pudo ver a familias con niños y ancianos que, presa del pánico, habían de refugiarse de los efectos nocivos del gas en tiendas y bares. Voluntarios de entre los manifestantes repartieron entonces máscaras y antiácidos para hacer frente a los dañinos efectos del gas, recuperando la solidaridad que ha caracterizado las tres semanas de acampada en el cercano parque Gezi.

Barricadas y contenedores quemados

Al grito de "Gobierno dimisión", "Esto es el comienzo, la lucha sigue" o "Cada lugar es Taksim", algunos manifestantes quemaron contenedores y trataron de crear barricadas para impedir el paso de la policía, aunque sin demasiado éxito. Entonces, los antidisturbios comenzaron a cargar agua con agentes químicos en los TOMA, una mezcla que provoca graves irritaciones en la piel de quien es objeto de los chorros y dificulta la respiración en varios metros a la redonda. En torno a la una de la madrugada, un grupo de unos 300 manifestantes entró en una obra y con el material de construcción levantó rápidamente una barricada de metro y medio de altura para cerrar Istiklal al paso de la policía. En torno a esta barricada, los disturbios continuaron al menos durante una hora más.

De acuerdo a los medios locales, al menos 30 personas resultaron heridas de diversa consideración y hubieron de ser atendidas en los enfermerías establecidas por los propios manifestantes en el edificio de la Cámara de Ingenieros y el Colegio de Abogados. Al menos diez --uno de ellos un periodista-- resultaron heridos por las balas de goma que ha comenzado a utilizar recientemente la policía turca. Cuatro de los heridos fueron trasladados al hospital.

El gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, justificó la violenta intervención policial en que los manifestantes estaban "interrumpiendo el orden público" al bloquear el paso de automóviles y autobuses, aunque en realidad esto solo ocurrió cuando se produjo la primera carga de los antidisturbios.

En Ankara también hubo varias manifestaciones, dos de las cuales fueron reprimidas con el uso de gases y cañones de agua. Según el diario 'Hürriyet' al menos 7 personas fueron detenidas.