Ultras alemanes insultan y lanzan fruta podrida a los refugiados

Cerca de 400 radicales atacaron a los asilados en Freiberg, mientras que en Lampertheim un albergue fue incendiado

Refugees at Austrian-German border

Refugees at Austrian-German border / awe gfh ASE

CARLES PLANAS BOU / BARCELONA

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La ultraderecha alemana sigue en pie de guerra contra los refugiados. Este domingo por la noche un grupo de hasta 400 personas se reunieron en la localidad de Freiberg, en el estado de Sajonia, para protestar contra la llegada de migrantes, a los que recibieron entre insultos y lanzando manzanas y otras frutas contra los buses que les transportaban. El ambiente se caldeó y unos 200 policías tuvieron que desplazarse a la zona para evitar que la confrontación llegara a más.

Este nuevo episodio de tensión se ha producido después que hasta 721 refugiados llegaran durante la noche del domingo en una ciudad que, como otras zonas alemanas, se está viendo desbordada. En Lampertheim, al suroeste del país, la violencia llegó a más y se quemó otro albergue para refugiados.

Aunque, según apuntó la policía, ninguno de los 49 residentes fueran heridos, el ataque mantiene el estado de alarma por las acciones de grupos violentos. Los refugiados fueron trasladados a un hotel ya que el edificio ha quedado absolutamente inhabitable. Hasta el 12 de octubre las autoridades han contabilizado un total de 520 ataques a refugiados y han alertado de que pueden ocurrir muchos más.

Mientras la derecha más conservadora se radicaliza la oposición ha endurecido su mensaje en contra de la violencia. Ayer el vicepresidente del SPD, Ralf Stegner, exigió a los servicios de inteligencia germánica que investiguen al partido euroescéptico y populista Alternativa para Alemania (AfD).

El número dos de los socialdemócratas, aliados indispensables del gobierno de Angela Merkel, aseguró en una entrevista al diario Die Welt que personajes como Björn Hocke, jefe del AfD en el estado de Turingia, son “indistinguibles de los neonazis”. El ministro federal de Justicia, el también socialdemócrata Heiko Maas, aseguró que “los que participan en las manifestaciones de Pegida también tienen la responsabilidad moral de los actos que siguen esa agitación racial”.