ELECCIONES DEPARTAMENTALES

La ultra Le Pen se estrella contra el muro de Sarkozy

El Frente Nacional no logra su objetivo de ser el partido más votado en Francia

Sarkozy, tras el triunfo de su partido en la primera vuelta de las elecciones departamentales, este domingo en París.

Sarkozy, tras el triunfo de su partido en la primera vuelta de las elecciones departamentales, este domingo en París.

EVA CANTÓN / PARÍS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A pesar de ser departamentales, el verdadero interrogante de la primera vuelta de las elecciones celebradas ayer era dilucidar si el ultraderechista Frente Nacional lograba hacer buenos los pronósticos y convertirse por primera vez en el partido más votado en Francia. En definitiva, comprobar si Marine Le Pen sigue caminando a paso firme hacia el Elíseo de cara a las presidenciales del 2017. No lo consiguió.

Una constatación que se encargó de resaltar rápidamente el primer ministro francés, Manuel Valls, minutos después de conocidos los primeros resultados, que situaron claramente en cabeza a las formaciones de la derecha, integradas por la Unión por un Movimiento Popular (UMP) de Nicolas Sarkozy, la Unión de Demócratas e Independientes (UDI) y los centristas del Modem, con un 31% de los votos, según las primeras estimaciones. El Frente Nacional se hizo con el 26,30% de los sufragios, superando ligeramente el 25% de las europeas del 2014; el Partido Socialista, el gran derrotado de la jornada, consiguió el 21,40%.

«Las formaciones republicanas se han mantenido en su sitio. La extrema derecha no es la primera fuerza de Francia», dijo Valls. Sin embargo, el Frente Nacional sí ha logrado otro de los objetivos políticos que se había marcado: el de afianzar su anclaje local y mantener una fuerte presencia en el conjunto del territorio. De ahí que, con una forzada sonrisa, Le Pen proclamara anoche que «ha llegado la hora de confiar en el Frente Nacional» recalcando que «el voto patriota es la clave para deshacerse del Partido Socialista».

VIENTOS DE CAMBIO

Con todo, el gran triunfador fue ayer Nicolas Sarkozy, que vio en el resultado de las urnas los vientos de cambio que, a su juicio, reclaman los franceses tras tres años de Gobierno socialista. El expresidente puede también ver refrendada su gestión al frente de la UMP, dada que era su primera cita electoral desde que accedió a la presidencia del partido a finales de noviembre del 2014. «La alternancia está en marcha, nada la detendrá», declaró Sarkozy tras dejar claro que no habrá ningún acuerdo con el Frente Nacional en la segunda vuelta. Y en un claro mensaje a los votantes atraídos por el discurso de la ultraderecha les dijo que «entendía su desesperacion» pero que «no será el Frente Nacional quien dé respuesta a las preocupaciones de los franceses».

Entre las sorpresas de la jornada, figura la participación que se situó en el 51%, mientras que hace cuatro años la abstención fue del 55,68%. Esta mayor movilización de los votantes hace posible que más de dos partidos obtengan el 12,5% mínimo de los votos del censo y logren así pasar a la segunda vuelta, que se celebrará el próximo domingo 29 de marzo. Ayer estaban llamados a las urnas 43 millones de franceses en casi todo el territorio salvo París, Lyon y los territorios de ultramar para elegir 4.108 consejeros renovando así los gobiernos de 101 departamentos.