La crisis en el este europeo

Ucrania ultima el abandono de sus soldados de Crimea

Un soldado sostiene una bandera rusa en la base naval de Sebastopol, ayer.

Un soldado sostiene una bandera rusa en la base naval de Sebastopol, ayer.

IRENE
SÁVIO

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La escalada de la tensión en Crimea alcanza cada día una nueva y peligrosa cota.  Kiev amenazó ayer con una respuesta «contundente» tras dar un ultimátum de tres horas a las autoridades de la península para liberar al jefe de la Marina ucraniana capturado por fuerzas prorrusas en Sebastopol, ciudad estratégica situada en el sur de la península, y empezó a preparar un plan de evacuación de los 15.000 militares estacionados en la península y de sus familias. Además, el Gobierno de Kiev anunció la reintroducción de visados con Rusia y el abandono de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que reagrupa a 11 exrepúblicas soviéticas.

La presión sobre las bases y estructuras militares de Ucrania en la península aumenta de forma vertiginosa. Un centenar de paramilitares enmascarados y civiles prorrusos -integrantes de las llamadas autodefensas y entre los cuales había mujeres- asaltaron el cuartel general de la Armada ucraniana en Sebastopol,

ABANDONO A PIE / Hubo durante horas un forcejeo que finalizó sin heridos y con la rendición de los soldados ucranianos y la detención de Serhiy Haiduk, el jefe de la Armada ucraniana. A los militares ucranianos les fueron dadas dos opciones: jurar fidelidad a los nuevos dueños de Crimea y traicionar a Kiev o irse. Eligieron la segunda opción. Y así, con maletas y bolsas de plástico en la mano, algunos ya sin sus uniformes, abandonaron a pie la base, mientras los prorrusos izaron la bandera de Rusia y arrancaron los placas con las insignias de Ucrania.

Una tensión similar se registró durante toda la jornada también en otras zonas de Crimea. En Novoozerne, en el este de la península, fue destruida con un tractor la puerta de entrada de una base ucraniana y, horas después, fue tomada por soldados sin insignias y civiles prorrusos, entre los cuales también se hallaban varias mujeres.

«En todas partes intentan convencer a nuestros militares de que se pasen a la Flota rusa del mar Negro o de que se marchen», declaró Vladislav Selezniov, portavoz del Ministerio ucraniano de Defensa.

Así las cosas, parece ya una cuestión de poco tiempo que todas las bases ucranianas y su armamento caigan en manos de las autoridades crimeanas. De ser legítimos representantes de un Estado, Ucrania, estos soldados han pasado a ser percibidos como fuerzas de ocupación tras la anexión de Crimea a Rusia. Istal Semerak, portavoz del Gobierno ucraniano, anunció que ya está preparado un plan de evacuación de los militares . «Prevemos que este proceso podrá ser realizado a gran escala», aclaró Semerak, que explicó que el operativo contempla la acogida de «refugiados» crimeanos en ciudades de Ucrania. Según datos del Gobierno ucraniano, unas 1.700 personas han abandonado ya la península.

CARTA A LA ONU / En el plano político, Ucrania se dirigió a la ONU para exigir que Crimea sea declarada zona desmilitarizada, agregó el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional ucraniano, Andréi Paubiy. «Estamos seguros de que la ONU apoyará nuestra postura, para que podamos trasladar a territorio continental de Ucrania no solo a los militares emplazados en Crimea, sino también a miembros de sus familias», subrayó.

Las autoridades ucranianas se dirigirán al Tribunal Supremo del país para determinar los derechos de los ciudadanos ucranianos «en territorio ocupado», apuntó por su parte el ministro de Justicia de Ucrania, Pável Petrenko. La cartera dirigida por Petrenko deberá además calcular los daños económicos ocasionados al país por la anexión de Crimea a Rusia y preparar una demanda sobre la pertinente compensación ante la Justicia europea.

Entre tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, anunció que hoy se reunirá con el presidente ruso, Vladímir Putin, y el viernes visitará Ucrania, aunque no son pocos los que dudan de que consiga desbloquear la crisis. Desde EEUU llegan, a la vez, declaraciones poco conciliadoras. Rusia continúa en su «camino oscuro» y se enfrenta a un «aislamiento político y económico», dijo ayer el vicepresidente estadounidense, Joe Biden.