Tensión en un país del este de Europa
Ucrania, pieza estratégica
El presidente de Ucrania, Viktor Yanukóvich, decidió aplazar la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE) porque, desde que llegó al poder, Rusia no ha dejado de presionarle y le ha impuesto precios cada vez más altos por el gas natural. Al menos así es como ha justificado su decisión.
La negativa de Moscú a hacerle un descuento a Yanukóvich, conocido prorruso, tiene una explicación. Desde hace años, el Kremlin aspira a hacerse con el control del sistema de transporte de gas (GTS) de Ucrania. Kiev se opone a este plan, ya que dejaría en manos rusas el tránsito del gas que pasa por Ucrania rumbo a la UE. Si Rusia logra culminar su ambicioso plan, podrá imponer precios de monopolio en el gas y aumentar su influencia sobre los antiguos vasallos soviéticos en Europa.
Para el Kremlin, Ucrania tiene un gran valor estratégico porque los gasoductos ucranianos transportan el 70% del gas ruso a Europa; es decir, la quinta parte del gas que los europeos consumen. Además, Ucrania es la mayor ruta de crudo hacia la UE gracias al oleoducto de Druzhba, que proporciona 300.000 barriles diarios a Hungría, Eslovaquia y la República Checa.
En enero del 2009, muchos hogares de Europa estuvieron privados de gas en un invierno gélido, y las empresas se vieron obligadas a reducir o detener la producción. Solo después de que la UE amenazara con revisar sus relaciones con Ucrania y Rusia si no resolvían su disputa, el presidente ruso, Vladímir Putin, y la entonces primera ministra ucraniana, Yulia Timoshenko, llegaron a un acuerdo. Precisamente fue ese pacto el que costó siete años de cárcel a Timoshenko porque las nuevas autoridades ucranianas la acusaron después de corrupción.
Actualmente, el sistema de transporte de gas ucraniano es propiedad de la compañía estatal Naftogaz. En el 2009, el GTS se tasó en casi 20.000 millones de euros, cuando en el 2007 el precio fue de 8.000 millones. Ucrania planea reestructurar la compañía para dividir las funciones del transporte, compra y venta de gas entre entidades legalmente independientes.
Proyecto de consorcio
En el 2012, Kiev propuso un proyecto de consorcio de gas tripartito, formado por Ucrania, la UE y Rusia como gestores del sistema ucraniano de transporte de gas. El consorcio sería el encargado de gestionar el sistema y asegurar la estabilidad del suministro a Europa. Ucrania espera recibir el 34% de cuota del consorcio, mientras que Europa y Rusia, el 33% cada una.
Ucrania usa solo dos tercios de su capacidad de transporte de gas. La renovación del sistema le permitiría incrementar el suministro. La UE exige a ambos países garantías de aprovisionamiento. Mientras, el Kremlin confía en la puesta en marcha del gasoducto Nord Stream, que une los yacimientos de Rusia con Alemania -su principal cliente europeo- pasando por debajo del mar Báltico.
El gigante ruso Gazprom, propietario del 51% de las acciones de Nord Stream, ha firmado contratos se suministro de gas a través de esta vía -que evita pasar por Ucrania y Bielorrusia- con varios países europeos.
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