Tusk a al presidente de Polonia: "No hay enemigos polacos en Europa"

El líder de la UE y el mandatario polaco, Andrej Duda, intentan calmar la agria polémica desatada entre Bruselas y Varsovia

EL PRESIDENTE POLACO VISITA EL CONSEJO EUROPEO

EL PRESIDENTE POLACO VISITA EL CONSEJO EUROPEO / apc

SILVIA MARTINEZ / BRUSELAS

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El presidente de la Unión Europea, el liberal Donald Tusk, conoce muy bien Polonia. No en vano fue durante siete años su presidente y este lunes ha aprovechado la primera visita oficial a la capital comunitaria de su homólogo polaco, Andrej Duda, para desterrar la idea de la existencia de “teorías conspirativas” contra Varsovia e insistir en que la sexta economía más importante del club “no tiene enemigos” en Europa.

Una aclaración que, a tenor del procedimiento de vigilancia del estado de derecho contra Polonia abierto la semana pasada por la Comisión Europea -el primero contra un Estado miembro- y el enfado que la decisión ha generado en Varsovia, parece que se hacía necesaria.

“Polonia no tiene enemigos ni a nivel europeo ni en Bruselas. No quiero que mi país esté en una situación en la que es criticado y escrutado. Creo que la Comisión Europea actúa de buena fe, quiere aclarar la situación y no humillar ni estigmatizar a Polonia”, ha defendido Tusk, admitiendo que “se podría haber logrado por otros métodos” y “no necesariamente activando” el mecanismo de vigilancia del estado de derecho destinado a evaluar si las dos polémicas reformas realizadas por el Gobierno ultraderechista polaco a finales del año pasado -sobre el Tribunal Constitucional y los medios de comunicación públicos- vulneran o no los valores europeos. 

"EL LADO OSCURO DEL MUNDO"

Aún así, Tusk, cuyo partido Plataforma cívica perdió las últimas elecciones contra el ultraconservador Ley y Justicia, ha llamado a sus compatriotas a no echar por la borda todo el trabajo realizado en los últimos 25 años y a mantener al país alejado “del lado oscuro del mundo” porque el pertenecer al modelo occidental conlleva ciertas reglas como “el respeto al pluralismo y las instituciones democráticas”.

A su lado, un presidente polaco que optaba por corregir a Tusk en su primera frase. “No es la primera vez que nos reunimos desde que asumí la presidencia, lo hicimos en el marco de la asamblea de de Naciones Unidas”, la recordaba admitiendo seguidamente que sí es la primera visita formal en Bruselas.

Con gesto serio ha insistido en que Polonia quiere ser parte de la comunidad europea pero que quiere también preservar su soberanía. “Hay que respetar las instituciones de la UE” pero “ese principio de respeto tiene que funcionar con reciprocidad”, ha recordado pidiendo un debate basado en hechos y no en declaraciones. Unos hechos que, en su opinión, se han exagerado por interés político interno.

EL PRESIDENTE PIDE CALMA

“En Polonia ha habido un cambio de partidos. No todo el mundo está de acuerdo con lo que ha pasado pero que cambie un partido dentro de un gobierno democrático no es excepcional. Peor sería tener siempre al mismo partido”, puntualiza pidiendo calma en el debate y un dialogo racional.

Palabras suaves que contrastan con el mensaje de dureza que volvía a transmitir el líder del partido. “Estamos siendo atacado por nada”, argumenta el poderoso líder del PiS, Jaroslaw Kaczynski, en una entrevista publicada por el diario Rzeczpospolita en la que recuerda que Polonia es un país soberano y que no cederán ante presiones de ningún tipo. 

“No tiene sentido preocuparse lo más mínimo. Tenemos que seguir nuestro camino y no ceder a ninguna presión”, subraya, convencido de que el procedimiento abierto contra su país no llegará a buen puerto porque simplemente la posibilidad de llegar a imponer sanciones incluida en el mecanismo activado -como la retirada de los derechos de voto en el Consejo de ministros de la UE- no tendrá éxito debido a que no recibirá la unanimidad requerida entre los restantes 27 Estados miembros. Hungría ya ha dicho que de llegar a votarse en el Consejo no apoyaría la propuesta. 

La ofensiva diplomática de Varsovia no termina en Bruselas. Como ya hiciera el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, cuando fue acusado de autoritarismo, este martes por la tarde está previsto que su primera ministra, Beate Szydlo, participe en un debate sobre el Estado de derecho en Polonia organizado en el pleno del Parlamento Europeo.