Turquía, entre Occidente y el islam

El primer ministro Erdogan busca diluir la herencia laica del fundador de la nación

Los seguidores de los equipos de fútbol del Fenerbahce y el Besiktas se unen a las protestas, ayer.

Los seguidores de los equipos de fútbol del Fenerbahce y el Besiktas se unen a las protestas, ayer. / periodico

MARC MARGINEDAS / Estambul

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Fue una ocasión propicia para que la Turquía laica, fiel a los principios de Mustafá Kemal Atatürk, el fundador de la república secular y moderna, y la Turquía islámica, siempre nostálgica del esplendor del imperio Otomano, chocaran por enésima vez en ese pulso sin indulgencia que libran desde hace casi un siglo.

En junio pasado, con ocasión del décimo aniversario de las Olimpiadas Turcas, un festival cultural en el que niños de todo el mundo muestran sus destrezas en el idioma, la literatura y el folclore de este país, el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan emitió por vez primera un millón de monedas sin la efigie de Atatürk, desatando un vendaval de críticas entre la prensa secular, que acusó al primer ministro de poner coto, a la chita callando, a la presencia pública del reverenciado padre de la patria quien, tras la humillante derrota en la primera guerra mundial, expulsó a las tropas extranjeras del país, abolió el sultanato y dotó al país de una Constitución laica, hace ya 90 años.

"A Erdogan no le gusta Atatürk; quiere que le olvidemos", advierte, con una mueca de desaprobación, Anil Eser, mientras apura una voluminosa jarra de cerveza frente a un bar de la calle Meselik, en plena acera, a la vista de cualquier transeúnte, algo impensable en muchos países de mayoría musulmana.