LA CRISIS GRIEGA

Turistas sin corralito pero impactados

Los visitantes cuentan que no tienen problemas ni límites de retirada de dinero aunque el sector muestra su preocupación

Turistas visitan la Acrópolis, donde se podía pagar con tarjeta, ayer.

Turistas visitan la Acrópolis, donde se podía pagar con tarjeta, ayer.

CLARA PALMA HERMANN / ATENAS

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En el segundo día de corralito y bajo el bochorno de Atenas, los turistas inundan el centro de la capital, en una estampa no muy distinta a la de otros veranos. «Estoy flipando un poco con todo lo que está pasando aquí», comenta Alberto, recién llegado de Valencia. «En cualquier caso estoy tranquilo, veo que hay seguridad y que con mi tarjeta he podido sacar dinero sin problemas. Pero tengo amigos que van a venir en septiembre y que ahora me están preguntando muy preocupados. Si no tuvieran el vuelo comprado, seguramente no vendrían», matiza el joven.

Una imagen impacta al visitante. «Sí, vemos a la gente haciendo cola en los cajeros», reconoce Volker. Ha venido desde Hamburgo con su familia y todavía no ha sacado dinero. De momento, se las apaña con efectivo y tirando de tarjeta. Ante la pregunta de qué opina sobre el referéndum y la postura del Ejecutivo de Alexis Tsipras, recomienda a los griegos: «Que no hagan caso de lo que dicen los alemanes, hablan por hablar». Sonríe por lo bajo. «También a otros países les han metido presión y no ha pasado nada, al final se ha pagado lo que se debía y ya está». Los turistas coinciden en destacar la «normalidad».

Pero en el sector hay preocupación. «Por supuesto que el control de capitales supone un problema práctico para los turistas, va a perjudicar a nuestro sector», razona Stelios, empleado de un céntrico hotel ateniense. «Pero no se puede hacer una tortilla sin romper los huevos», considera el joven, apuntando al referéndum que se celebra el próximo domingo. Recuerda que las tarjetas de los turistas no están limitadas a 60 euros diarios como las de los griegos. Aún así, se podrían enfrentar a dificultades que harán que se lo piensen dos veces antes de venir, señala, como tener que guardar cola o que no quede efectivo en el cajero, cosa que ya ocurre en algunso dispensadores. «Ya se les está aconsejando que traigan 'cash'».

Pero la opción de aceptar las propuestas de los acreedores tampoco le convence. «La subida del IVA nos va a perjudicar mucho, hay que rechazarla», defiende. En el plan de medidas que será sometido a referéndum, los socios piden que el IVA de los hoteles siga al 15% pero el de restauración suba 10 puntos, hasta el 23%.

«En las islas están especialmente preocupados por cómo estas medidas podrían afectar al turismo, porque en algunas tienen además un IVA más bajo, para compensar», explica Stelios. En muchas islas griegas, el 90% de los productos ha de ser traídos de fuera, a través de largos trayectos en barco, lo que encarece significativamente el precio de los productos. Es por ello que, para compensar a la población --en muchos casos particularmente envejecida y empobrecida en las zonas más alejadas-- cuentan con un 30% de descuento. La eliminación de esta exención es otra de las medidas que piden los socios.

DIVISIÓN EN LOS AFECTADOS

Pero el sector turístico está dividido ante la pregunta de qué se debe hacer con la propuesta. Stelios lo tiene claro. «Lo mejor sería que no hubiéramos llegado a este punto, preferiría que no hubiera referéndum. Pero si estamos donde estamos y la pregunta es si hay que aceptar o no la propuesta de los acreedores, yo diré que no».

Dimitris es un taxista que asegura haber perdido en los últimos días un 70% de sus clientes. «Los turistas han desaparecido», lamenta.

La aceptación de la propuesta de los acreedores implicaría que tendría que contar con 10 puntos más de IVA sobre sus tarifas. «Es malo para mi negocio. Pero votaré sí en el referéndum porque estoy a favor de las medidas. Son necesarias. Es un mal necesario, porque quiero que mi país siga perteneciendo a la Unión Europea», argumenta no obstante.