Túnez: demandas en saco roto

El Gobierno se ha dedicado a proteger el islam y no a resolver los problemas del país

Varios tunecinos protestan durante el funeral, este viernes, del asesinado líder opositor Chokri Belaid.

Varios tunecinos protestan durante el funeral, este viernes, del asesinado líder opositor Chokri Belaid.

BEATRIZ MESA / Rabat

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El periodo de insurrección deTúnez, en 2011, que acabó con la huida del expresidente tunecinoBen Alí, tenía como último fin la recuperación de la dignidad social robada.

Dos años después --cuando aún se recuerda como si fuera ayer la muerte del joven verduleroMohamed Buazizi, que aquel 17 de diciembre del 2010 se quemó a lo bonzo tras sufrir la humillación de un agente de policía que le confiscó su carrito de frutas-- el país sigue hundido en una crisis económica, social, moral y, ahora, también, política.

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