DURA NEGOCIACIÓN SOBRE LA DEUDA GRIEGA

Tsipras tensa más la cuerda al calificar al FMI de «criminal»

Juncker recurda que la Comisión está abierta si Atenas tiene una «propuesta seria»

El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, escucha sentado en el suelo la intervención del primer ministro griego en el Parlamento de Atenas, ayer.

El ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, escucha sentado en el suelo la intervención del primer ministro griego en el Parlamento de Atenas, ayer.

CLARA PALMA HERMANN / ATENAS
SILVIA MARTÍNEZ / BRUSELAS

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La confrontación verbal entre Grecia y sus acreedores va en aumento después de la interrupción de las negociaciones el fin de semana. Con el diálogo inexistente, el primer ministro griegoAlexis Tsipras, se dirigió el martes al grupo parlamentario de su partido, el izquierdista Syriza, en un discurso poco conciliador. «Los acreedores tienen que decidir si quieren acuerdo y si quieren que el Fondo Monetario Internacional (FMI) forme parte de él», planteó el primer ministro.

El dirigente cargó en especial contra el FMI, al que acusa de tener «responsabilidad criminal» con respecto a la dura crisis que atraviesa el país. Pero también contra los otros dos socios, que aceptarían las duras medidas que esta institución exige y, por el contrario, no las llamadas griegas a proporcionar un alivio de la deuda.

Una vez más, Tsipras rechazó las reformas contenidas en la última propuesta de los acreedores, cuya aceptación allanaría el camino al acuerdo pero no supondría una solución para la situación que vive de Grecia. «La cuestión de quién paga los impuestos en este país es únicamente competencia del Gobierno heleno, y es hora de que la crisis la pague la oligarquía», subrayó, en referencia a los recortes en las pensiones y a las subidas de impuestos que constituyen el principal objeto de controversia en la negociación.

Sin contacto

Desde Bruselas, el presidente de la Comisión EuropeaJean-Claude Juncker, volvía a acusar al primer ministro griego de esconder la realidad y tergiversar las propuestas puestas sobre la mesa durante la última ronda de negociación que terminó en fracaso el pasado domingo. Al igual que ya explicaron el pasado lunes sus portavoces, Juncker confirmó que se levantaron de la mesa de negociación el domingo tras constatar que las discusiones no llevaban a nada.

Desde entonces, el político luxemburgués no ha tenido ningún contacto con el Gobierno griego aunque desde su Ejecutivo insisten en que el edificio Berlaymont, sede de la Comisión Europea, está abierto 24 horas, siete días por semana siempre y cuando Atenas decida enviar una propuesta «seria». El tiempo en todo caso se agota. Mañana vuelven a reunirse los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro en la que podría ser la última oportunidad para encontrar un acuerdo antes del 30 de junio que evite a Grecia tener que decretar un corralito para evitar la estampida de capitales y un impago al FMI a finales de mes.

Disensión en Syriza

El clima en Atenas se ha polarizado aún más en los últimos días, con renovadas llamadas a la ruptura por parte del ala dura de Syriza y con varias protestas programadas, tanto en apoyo como en contra del consenso con los socios europeos. En un intento de recabar apoyos, Tsipras se entrevistó ayer con representantes de varios partidos de la oposición, que sigue desmarcándose de la estrategia negociadora del Ejecutivo.

El nerviosismo ha vuelto además a intensificar la fuga de depósitos que, según Reuters, alcanzaba el lunes los 400 millones de euros, casi duplicando la cifra diaria que se ha vuelto habitual en semanas recientes. No obstante, un representante del Banco Central Europeo comentaba ayer que la banca griega sigue siendo solvente y puede aun soportar más estrés.