PROTESTAS EN EL PAÍS HELENO

La reforma de las pensiones paraliza Grecia en una nueva huelga general

Huelga general en Grecia

Huelga general en Grecia / periodico

Javier Triana

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El primer ministro griego, Alexis Tsipras, tiene por delante un complicado juego malabar: cumplir con las condiciones del rescate griego al tiempo que complace a su pueblo. El dirigente, quien llegó al cargo hace poco más de un año, se ha enfrentado este jueves a su segunda huelga general, que ha dejado comercios con la persiana echada, aviones en tierra, navíos en puerto, escuelas vacías y edificios administrativos desiertos.

El paro ha tenido un amplio seguimiento, superior al de anteriores ocasiones, y también ha sido multitudinaria la manifestación que ha recorrido el centro de Atenas. El motivo: la propuesta de reforma de las pensiones para cumplir con el recorte de 1.800 millones de euros que Grecia debería realizar este año, según las condiciones del rescate.

Para evitar reducir las pensiones por duodécima vez desde 2010, el Gobierno de Atenas propone aumentar la contribución a la caja de la seguridad social por parte de trabajadores y empresarios. Sin embargo, los sindicatos consideran que este plan alimentará el desempleo en un país en el que ronda el 25%.

Además, según estos, las nuevas medidas solo servirían para empujar a los trabajadores por cuenta propia, sobre los que ya pesa una severa presión fiscal, a falsear sus ganancias con el fin de pagar menos a la seguridad social.

MINIMIZAR PÉRDIDAS

La propuesta busca salvaguardar las pensiones primarias y auxiliares sin incurrir en recortes”, escribe el analista griego Dimitris Rapidis. Para el experto, “es la mejor oferta posible, tanto para las generaciones venideras como para los acreedores que realizan seguimiento” de las reformas derivadas del rescate. No obstante, según el analista, “nadie puede prever la reacción de los acreedores y si aceptarán este paquete de reformas”.

Llegaremos a un punto en el que no podremos llegar a fin de mes a menos que le robemos al estado y escondamos nuestras ganancias”, explica a la agencia de noticias Reuters George Stathopulos, uno de los manifestantes que, a sus 70 años, se ha echado a la calle durante este parón de 24 horas.

Junto a él, unas 50.000 personas han marchado hacia el Parlamento en Atenas. “Deberían colgarles aquí, en la Plaza de Syntagma”, pide el jubilado Nikos Ghinis, en referencia al Gobierno de Syriza. “Yo cobro 740 euros al menos después de 40 años de trabajo. Estoy aquí por mis hijos y mis nietos”, indica durante la marcha.

En Tesalónica, Patrás, Larissa y otras de las principales ciudades griegas también se han convocado marchas similares por parte de los dos sindicatos mayoritarios, el GSEE y el ADEDY.

ENCAPUCHADOS

La nota violenta la han aportado varios jóvenes cubiertos con capuchas negras que se han separado del bloque central de la manifestación ateniense y han lanzado piedras y cócteles molotov a la policía, que respondió con gas lacrimógeno.

Por su parte, los agricultores han continuado manifestándose, como hacen desde hace varios días. Con sus tractores, han seguido bloqueando pasos fronterizos y peajes.

Estos cortes en las principales vías de comunicación del país han creado serios problemas en el tránsito de bienes de consumo en toda Grecia y de y hacia la vecina Bulgaria. De hecho, bloquearán completamente las carreteras nacionales entre el mediodía del sábado y el del domingo.

Tsipras, que llegó al cargo con promesas de acabar con la austeridad, se vio forzado a aceptar un nuevo paquete de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, por valor de 86.000 millones de euros que obliga al país a ajustarse aún más el cinturón.

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