GIRO POLÍTICO EN GRECIA

Tsipras ya gobierna contra la austeridad gracias a la derecha

El dirigente jura su cargo a mediodía ante el presidente en funciones y sin la presencia del patriarca ortodoxo.,

El dirigente jura su cargo a mediodía ante el presidente en funciones y sin la presencia del patriarca ortodoxo.,

MONTSERRAT RADIGALES / ATENAS (Enviada especial)

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«La esperanza ya llega», rezaba el eslogan de la campaña electoral de Syriza. Es muy pronto para saber si esta esperanza se materializará en resultados concretos pero los acontecimientos se desarrollaron este lunes a velocidad de crucero. Grecia no había salido aún de la resaca de la noche electoral cuando antes de las 11 de la mañana se enteró de que el ganador, Alexis Tsipras, ya había logrado cerrar un pacto con un socio menor que le garantiza la formación del Gobierno y la mayoría absoluta parlamentaria que las urnas le negaron por solo dos escaños. Unas horas después, pasadas las cuatro de la tarde, Tsipras salió de la sede de la presidencia de la República convertido en el nuevo primer ministro. Acababa de jurar el cargo ante el jefe del Estado, Karolos Papulias.

El socio elegido, el pequeño partido derechista, nacionalista y euroescéptico Griegos Independientes (ANEL), dice  mucho de cuál será la prioridad absoluta del Gobierno de Tsipras: el fin de las políticas de austeridad, la liquidación de los acuerdos vigentes con la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) por el rescate de Grecia y la negociación de un nuevo acuerdo que pretende que incluya la condonación de una gran parte de la deuda.

ABISMO IDEOLÓGICO

La política contra la austeridad y el rechazo de los términos del rescate europeo es lo único que Syriza y ANEL tienen en común. En todo lo demás, el abismo ideológico y programático es tan grande que convierte el acuerdo de  Gobierno en un pacto contranatura. Griegos Independientes, una escisión por la derecha de Nueva Democracia (ND) --el partido del derrotado y ya exprimer ministro, Andonis Samarás-- tiene un discurso muy extremo en contra de la inmigración, que choca frontalmente con la política de Syriza. Su líder, Pamos Kammelos, es un ultranacionalista que en los años 90 mantuvo una posición muy dura en el conflicto por el nombre de la vecina Macedonia.

Tsipras se reunió con Kammenos a las 10.30, en la sede de Syriza. El encuentro fue corto, de apenas unos 20 minutos, lo que induce a pensar que el pacto estaba precocinado desde muchos días antes, como se había rumoreado en algunos círculos políticos. Fue Kammenos quien anunció el acuerdo: «La nación griega ya tiene Gobierno; todos los griegos vamos a estar juntos», proclamó. Siguiendo la velocidad de crucero, se espera que Tsipras dé a conocer hoy mismo la composición del Ejecutivo. Se especula con que ANEL obtendrá la cartera de Defensa.

EL MENSAJE

El nuevo Ejecutivo griego lo tendrá muy difícil para convencer a sus acreedores de la necesidad de un cambio radical en las condiciones del rescate europeo. El mensaje que llegó desde Bruselas y desde distintas capitales europeas es que todos están dispuestos a trabajar con el nuevo Gobierno de Atenas y que Grecia debe seguir en la eurozona pero que los compromisos adquiridos hay que cumplirlos.

Tsipras conoce perfectamente las dificultades con que se encontrará. «Tenemos adelante una cuesta arriba», le dijo al presidente Papulias, minutos antes de jurar el cargo como primer ministro. Tsipras rompió con una de las tradiciones más arraigadas en el país y prestó un juramento civil en vez de religioso. Al acto no acudió el arzobispo Jerónimo, la máxima autoridad de la Iglesia ortodoxa de Grecia.

El gesto es solo una de los muchos indicadores del vuelco político que dio Grecia el domingo al otorgar una sólida victoria electoral al partido de izquierda radical y poner fin a cuatro décadas en que Nueva Democracia y el socialdemócrata Pasok mantenían en exclusiva la hegemonía política.

LA CRÍTICA

Poco antes de jurar el cargo, Tsipras visitó al arzobispo Jeronimo para comunicarle que iba a hacer el juramento civil, aunque le prometió que las relaciones con la Iglesia serían «importantes». ND no desaprovechó la ocasión y aseguró que Syriza «ha comenzado muy mal» porque «da la espalda a una tradición de varios siglos de la nación helena, directamente entrelazada con la ortodoxia».

El ya exprimer ministro, Andonis Samarás, también rompió con las normas de protocolo no escritas y demostró hasta qué punto parece no haber digerido la derrota. No hubo un traspaso formal del cargo de primer ministro y Tsipras se encontró la oficina vacía cuando llegó a la sede de la presidencia del Gobierno. «Es un signo claro de la cultura política imperante», dijo una fuente próxima a Tsipras al amparo del anonimato. Samarás tampoco fue a despedirse del presidente Papulias.