Tsipras se estrena con ayudas a las familias más pobres

El dirigente ofrece techo, luz, comida y sanidad gratis a las «víctimas de la austeridad»

CLARA PALMA HERMANN / ATENAS

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El primer ministro griego, Alexis Tsipras, no rehuyó ayer la confrontación con la troika de acreedores en su primera comparecencia oficial ante el Parlamento salido de las urnas. Su mensaje fue claro: «La intención irrevocable del Gobierno es honrar y cumplir el total de sus compromisos electorales».

Así es como abrió Tsipras la presentación de su programa político, para a continuación, una a una, ir confirmando las promesas-recontratación de empleados públicos, paralización de las privatizaciones, atención médica y electricidad gratuita para familias sin recursos- hasta dar forma a una batería de medidas sociales consignadas en el llamado programa de Salónica, el eje de su campaña electoral.

«Grecia presenta por fin propuestas, en lugar de recibir órdenes,» manifestó Tsipras, que evitó de esta manera cualquier retractación que hubiera podido relajar el clima en la reunión extraordinaria del Eurogrupo, este miércoles, cuando Atenas y sus socios deberán llegar a un acuerdo con respecto al programa de rescate que expira este mes.

«No negociamos nuestra soberanía nacional, no negociamos la orden popular recibida en las elecciones del 25 de enero» afirmó Tsipras para reafirmar que el nuevo Gobierno quiere pagar la deuda pero no tiene el derecho de pedir una extensión del memorándum del rescate y se ha de buscar un nuevo acuerdo. 

CRISIS HUMANITARIA

La mayor parte de su intervención la empleó en enunciar las medidas sociales con las que poner fin a la «crisis humana» provocada en su opinión por las políticas del rigor. Así,Tsipras anunció que recibirán alojamiento, alimentación y atención médica gratuita las familias «que han caído víctima de la barbarie de la austeridad».

«Grecia no puede ser un país europeo mientras miles de personas pasan hambre y viven sin electricidad», recalcó. La única concesión significativa con respecto a lo prometido fue el anuncio de que la subida del salario mínimo hasta los 751 euros (desde los 580 actuales) no será inmediata, sino gradual, a lo largo de dos años.

El Estado también procederá de inmediato a la recontratación de los más de 3000 empleados públicos «anticonstitucionalmente despedidos». La reconstitución desde cero de la radiotelevisión pública ERT, desmantelada en el 2012 fue uno de los anuncios que granjearon los aplausos más sentidos.

 Sin fijar un marco temporal concreto, anunció la implementación de la «mayor reforma administrativa de Grecia en la historia contemporánea», encaminada a construir un sistema más eficiente y basado en la meritocracia.

REFORMA TRIBUTARIA

Tsipras también hizo hincapié en la lucha contra la corrupción y la evasión fiscal, señalando sin embargo que no es algo endémico de Grecia. El primer ministro proclamó también la creación de un sistema de tributación justo y equitativo, en el que «cada ciudadano y cada empresa contribuirá en la medida de sus capacidades».

Tsipras lanzó también un mensaje a la UE y volvió a poner sobre la mesa la propuesta de un programa-puente al vencimiento del rescate que deje espacio para la negociación y cubra, entretanto, las necesidades de financiación hasta finales de junio.

«Los contactos que tuvimos me convencieron de que a pesar de las dificultades es posible encontrar una solución en los próximos 15 días,» afirmó el primer ministro. El el 28 de febrero vence la extensión del programa de rescate y vence un pago de intereses por valor de 2000 millones de euros.

El sábado, de una reunión del Consejo de Ministros, trascendió que parte del plan pasa por solicitar 1900 millones de las ganancias generadas por los bonos griegos, así como el permiso para emitir letras del tesoro por un valor superior a los 15.000 millones de euros.

En uno de los puntos más conflictivos con Bruselas Tsipras fue taxativo. «No venderemos nuestras infraestructuras» señaló en referencia a su decisión de paralizar las privatizaciones. Y laznó un órdago a Alemania al anuncia que pedirá reparaciones de guerra por la ocupación durante la segunda guerra mundial.