RELEVO EN LA CASA BLANCA

Trump sigue partes del guión de Obama con Irán y Rusia

Trump habla con periodistas en el Air Force One, antes de partir de la base aérea de Andrews, en Maryland, hacia Palm Beach (Florida), el 3 de febrero.

Trump habla con periodistas en el Air Force One, antes de partir de la base aérea de Andrews, en Maryland, hacia Palm Beach (Florida), el 3 de febrero. / periodico

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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En campaña, durante la transición y en sus primeras dos semanas en la Casa Blanca muchas palabras y acciones de Donald Trump en política exterior han estado muy lejos de las de Barack Obama, en contenido y en estilo. En las últimas 24 horas, no obstante, su Administración ha impuesto sanciones a Irán similares a las de su predecesor y la embajadora ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, ha pronunciado un mensaje de condena a Rusia por sus acciones en Ucrania con ecos de los que en los últimos años se le escucharon a Samantha Power. Incluso desde la Casa Blanca se ha emitido un comunicado que, por primera vez, marca una distancia entre Washington e Israel por la cuestión de los asentamientos.

Las sanciones a Irán (similares a las que el Tesoro de Obama dictó en enero del 2016 tras otra prueba de un misil balístico) afectan a 12 empresas y a 13 individuos que han facilitado tecnología o materiales para la prueba de un misil el pasado 29 de enero o que han apoyado a la fuerza Qods de la Guardia Revolucionaria, acusada de apoyar al terrorismo. Como las del presidente demócrata, no afectan al acuerdo con Teherán para poner fin a su programa nuclear militar. Pero tanto Trump como su portavoz, Sean Spicer, y Michael Flynn, asesor de seguridad nacional, las han enmarcado en un endurecimiento de la actitud hacia Teherán.

El presidente lo ha hecho usando Twitter, donde ha avisado de que no será tan “amable” como Obama, y Spicer lo ha hecho en una rueda de prensa, en la que ha afirmado que están siendo “duros con Irán de una forma en que no se ha hecho en los últimos ocho años” y ha recordado que la opción militar sigue “sobre la mesa”. Flynn, por su parte ha emitido un comunicado denunciando que “la comunidad internacional ha sido demasiado tolerante con el mal comportamiento de Teherán” y ha asegurado que “se han acabado los días de hacer la vista gorda con las acciones hostiles y beligerantes de Irán”.

La primera muestra pública de discrepancia con Israel antes de la visita de Binyamin Netanyahu el 15 de febrero ha sido mínima, pero llamativa. Llegó en forma de un comunicado de Spicer el jueves en el que, aunque reiteró la posición de la Administración de Trump de que “la existencia de asentamientos no es un impedimento para la paz”, también se apuntó a que “la construcción de nuevos asentamientos o la expansión de los existentes más allá de su actuales fronteras puede no ayudar a conseguir la meta” de la paz.

Respecto a Rusia, la sesión en la ONU sobre la situación en Ucrania fue escenario para el cambio de tono respecto a repetidas declaraciones de Trump donde se ha mostrado favorable al acercamiento a Moscú. Haley insistió en la voluntad de “mejorar las relaciones” con Vladímir Putin, pero pidió “una contundente y clara condena de las acciones rusas” y habló del “sufrimiento” de los ucranianos tras “casi tres años bajo ocupación rusa e intervención militar”.