Trump se presenta como un hombre de paz: "La guerra y la agresión no serán mi primer instinto"

El favorito para la nominación republicana esboza una política exterior con tintes aislacionistas

Donald Trump.

Donald Trump. / periodico

RICARDO MIR DE FRANCIA / WASHINGTON

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Donald Trump ha esbozado este miércoles una política exterior de tintes aislacionistas, poco proclive al intervencionismo militar y dispuesta a reevaluar las relaciones con los aliados de Estados Unidos “si no contribuyen de forma justa” a la protección que la superpotencia les presta. El discurso ha sido más reflexivo y presidencialista de lo que suele ser habitual, una señal de que empieza a verse como el próximo candidato republicano a la Casa Blanca después de arrasar en las cinco primarias del martes. Su premisa básica se basa en poner “los intereses americanos primero”, una idea con ecos nacionalistas llamada a resonar entre el electorado.

El discurso había despertado una importante expectación, dada la intranquilidad que su candidatura ha generado en el mundo. Y aunque no aportó demasiadas novedades, sí expuso sus ideas con una mayor sobriedad y pretendida coherencia. El uso del teleprompter sin duda ayudó. “A diferencia de otros candidatos a la presidencia, la guerra y la agresión no serán mi primer instinto”, aseguró durante la alocución en Washington, que se prolongó durante unos 40 minutos. Pero también recalcó que no dudará en desplegar la fuerza militar cuando no haya otra alternativa. “Cuando América luche, tiene que luchar para ganar”, dijo resucitando la llamada 'Doctrina Powell'. Expuesta poco antes de la primera Guerra del Golfo por el general Colin Powell, aboga por usar la fuerza de forma masiva para proteger los intereses estadounidenses.

Trump afirmó que desde el final de la Guerra Fría, EEUU “ha carecido de una política exterior coherente” y describió los últimos ocho años de la presidencia de Barack Obama como “un total y completo desastre” que habrían espoleado el caos en Oriente Próximo. Ese catastrofismo es marca de la casa y tuvo varios referencias directas a Hillary Clinton, que empieza a acariciar la nominación demócrata tras ganarle a Bernie Sanders en cuatro de las cinco primarias del martes.

ELOGIOS A PUTIN

El magnate inmobiliario propuso lidiar con Rusia “siempre desde una posición de fuerza”, aunque volvió a mostrarse conciliador, afirmando que hay que buscar los “intereses comunes” para acabar con “este horrible ciclo de hostilidad”. Vladimir Putin es posiblemente el único líder extranjero que ha alabado a Trump. Con China se mostró más duro y amenazó con utilizar el poder económico estadounidense para obligarle a contener al régimen de Corea del Norte, del que es su principal patrocinador.

Respecto a la OTAN, se comprometió a convocar una cumbre si llega a la Casa Blanca para reevaluar su misión, de modo que incluya también la lucha contra el terrorismo y el control de los flujos migratorios. Una vez más insistió en que sus miembros tienen que cumplir con sus compromisos financieros y mandó una clara advertencia a todos los aliados de Washington que muchos consideran una temeraria proposición que podría poner en peligro la hegemonía estadounidense. “Los países a los que defendemos tienen que pagar por el coste de su defensa, de otro modo tenemos que estar preparados para dejar que se defiendan solos", puntualizó.

Trump ha repetido en las últimas semanas que la mayor amenaza para EEUU es la proliferación de las armas nucleares, pero irónicamente se propone modernizar el arsenal de su país a modo de disuasión. En ese sentido, así como en la visión optimista del futuro que esta mañana ha proyectado, suena a Ronald Reagan, aquel actor que como él se coló en la política para acabar convirtiéndose en el ídolo de los conservadores.

El empresario ha expuesto su desdén hacia las instituciones internacionales y los tratados que tratan de imponer reglas del juego comunes. “Nunca meteremos a América en acuerdos que reduzcan nuestra capacidad de controlar nuestros propios asuntos”. No son buenas noticias para el mundo, por más que haya defendido al mismo tiempo papel de la diplomacia para solucionar los problemas del mundo. “Queremos traer paz al mundo. Ahí fuera hay demasiada destrucción”. Como hacen el resto de sus rivales republicanos ha prometido “acabar con el Estado Islámico y hacerlo pronto”. Pero para conseguirlo aboga por dejar de telegrafiar cada uno de los movimientos de EE UU en la región, en alusión al reciente anuncio de Obama para enviar otros 250 asesores militares a Siria.  “Tenemos que ser más impredecibles”, ha dicho Trump.

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