Trump anima a Rusia al ciberespionaje para atacar a Clinton

Las últimas declaraciones explosivas del candidato republicano provocan condena y rechazo de demócratas y republicanos

Donald Trump, durante la convención republicana de Cleveland, el 22 de julio.

Donald Trump, durante la convención republicana de Cleveland, el 22 de julio. / CA /gs

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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Donald Trump, el campeón en generar atención mediática, ha vuelto a conseguirlo; ir más lejos que nadie antes con declaraciones polémicas y convertirse en el epicentro informativo. En medio de la tormenta desatada por la filtración por Wikileaks de correos electrónicos generados en un ataque de pirateo informático al Comité Nacional Demócrata, que investiga el FBI y que la campaña de Hillary Clinton ha atribuido a Rusia y ha vinculado potencialmente al candidato republicano, Trump ha hecho unas explosivas declaraciones sugiriendo que los piratas pueden haber accedido también a mensajes de su rival demócrata y pidiéndoles que los hagan públicos. Las declaraciones, de facto, le convierten en el primer aspirante a la Casa Blanca en animar el ciberespionaje y la injerencia en una campaña electoral estadounidense de una potencia extranjera.

“Los rusos hackean. Probablemente tienen sus 30.000 correos electrónicos. Espero que los tengan”, ha dicho en una rueda de prensa en Florida en referencia a los mensajes que Clinton envió con el polémico servidor privado que usó cuando era secretaria de Estado y que borró alegando que eran personales.

“Rusia, si estáis escuchando, espero que seais capaces de encontrar los 30.000 correos desaparecidos. Creo que probablemente seréis generosamente recompensados por nuestra prensa. Veremos si ocurre. Eso será lo próximo”, ha añadido en otro momento.

CONDENA Y DISTANCIAMIENTO

Las declaraciones han provocado inmediatamente la condena de los demócratas y Jake Sullivan, asesor de Clinton, ha emitido un comunicado denunciando que “esta debe ser la primera vez en que un importante candidato presidencial ha animado activamente a un poder extrankero a cometer espionaje contra su oponente político. No es hipérbole, son los hechos. Esto ha pasado de ser un tema curioso y de política a ser un tema de seguridad nacional”.

Incluso otros republicanos se han distanciado de Trump, incluyendo Mike Pence, el hombre que ha elegido como aspirante a vicepresidente. “El FBI descubrirá quién está detrás del ataque informático” ha dicho en otro comunicado. “Si es Rusia y están interfiriendo en nuestras elecciones, puedo asegurar que ambos partidos y el gobierno asegurarán que hay serias consecuencias”.

John Kasich, el gobernador de Ohio que fue uno de sus rivales en primarias, también ha expresado su repulsa en un mensaje en Twitter, en el que ha asegurado que “Hillary Clinton puso nuestra seguridad en riesgo pero Putin no es nuestro amigo; ña injerencia extranjera en las elecciones de EEUU no puede tolerarse”.

Nada ha frenado a Trump, que aunque en la misma rueda de prensa ha asegurado que no está demostrado que Rusia esté tras el ataque informático y ha sugerido que pueden haber sido otras potencias como China, ha redoblado su mensaje en Twitter.

OBAMA, CAUTELOSO

La polémica ha vuelto a demostrar la maestría de Trump en dirigir la conversación mediática y ha probado que no engañó cuando prometió contraprogramar la Convención Demócrata . Ha conseguido acaparar la atención horas antes de que arranque en Filadelfia la tercera jornada de la reunión, en la que el partido va a poner el foco precisamente en tratar de probar la preparación de Clinton en temas de seguridad nacional y van a el aspirante a vicepresidente Tim Kaine, oradores como el exalcalde republicano de Nueva York Michael Bloomberg y el presidente, Barack Obama.

Obama justamente se había referido el martes en una entrevista en NBC al asunto del ataque informático al DNC, a la filtración y a Trump y a Rusia, aunque con pies de plomo. “Sabemos que los rusos atacan nuestros sistemas, no sólo gubernamentales sino también privados”, constató. “No puedo hablar directamente de los motivos de las filtraciones, lo que sé es que Donald Trump ha expresado repetidamente admiración por Vladimir Putin”.

Esa línea de ataque se repetía también el martes en la convención. La usaba la exsecretaria de Estado, Madeleine Albright, dijo que “Donald Trump tiene una extraña admiración por dictadores: Saddam Hussein, Kim Jong-un, Vladimir Putin”. “La verdad es que una victoria de Trump en noviembre sería una un regalo para Vladimir Putin y Putin está deseoso de ver a Trump ganar”, dijo.