FIN DEL VIAJE A ORIENTE PRÓXIMO

Trump acaba su visita a Jerusalén y Belén sin proponer un plan de paz

Trump, con Netanyahu, en el Museo de Israel.

Trump, con Netanyahu, en el Museo de Israel. / AFP / MANDEL NGAN

ANA ALBA / JERUSALÉN

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Donald Trump ha subido hoy martes a su avión en Tel Aviv con una maleta llena de discursos vacíos de palabras grandilocuentes que han complacido a su aliados israelíes y no han aportado propuestas para reactivar el difunto proceso de paz. 

Este cuestión ha quedado eclipsada por Irán y la lucha contra el terrorismo de grupos como el Estado Islámico (EI) que no han sido alentados desde Teherán sino desde países del Golfo con los que Trump quiere colaborar.

En su visita de 28 horas a Israel y Palestina, el inquilino de la Casa Blanca ha repetido como un mantra que “Irán es una amenaza”, “no se le tiene que permitir nunca poseer un arma nuclear” y “tiene que detener su financiación mortífera, dejar de entrenar y equipar a terroristas y milicias”.

DESTRUCCIÓN DE ISRAEL

En su intervención de hoy en el Museo de Israel, en Jerusalén, el presidente de EEUU ha denunciado que “los líderes iranís llaman de forma rutinaria a la destrucción de Israel”, pero ha advertido: “No con Donald J. Trump”, provocando el aplauso del auditorio, repleto de rostros políticos.

“El tema principal de su visita ha sido Irán, los demás eran secundarios. Tras años de apaciguamiento, era necesario crear una alianza contra la agresión iraní y su intento de desestabilizar Oriente Próximo”, ha dicho a este diario el ministro de Infraestructuras israelí, Yuval Steinitz, en el museo.

Irán es una constante en los discursos del primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, que ha agradecido a Trump “el cambio de política de EEUU” respecto a los iranís.

A Netanyahu le gusta la nueva alianza de Trump contra el terrorismo y no ha dejado escapar la ocasión para llamar a “combatirlo tanto si es en Europa, EEUU o Israel", en una clara equiparación de grupos palestinos como Hamás con el EI. En este punto también coincide con el mandatario estadounidense, que no diferencia entre Hamás, el movimiento chií libanés Hizbulá y el EI.

TRABAJAR POR LA PAZ

Trump se ha mostrado satisfecho este martes en Belén, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, de que el presidente palestino, Mahmud Abbás, se haya sumado a su “lucha contra el terrorismo”. Pero le ha sermoneado diciendo que “la paz nunca puede arraigar en un ambiente donde la violencia se tolera, se financia o se recompensa”.

Trump ha reiterado su compromiso “para intentar conseguir un acuerdo de paz entre israelís y palestinos” y ha anunciado que cuenta con la voluntad de Abbás y Netanyahu “para trabajar por la paz”. Pero ha rehuido referirse a una solución de dos Estados para el conflicto y no ha presentado ningún plan para reactivar el diálogo.

Trump se ha desplazado a Belén en coche y ha cruzado el muro levantado por Israel en Cisjordania. En sus intervenciones no lo ha mencionado, ni tampoco a las colonias judías en territorio palestino.

UN CONFLICTO NO RELIGIOSO

Abbás le ha recordado que el “problema fundamental” de los palestinos “es la ocupación, los asentamientos y que Israel no ha reconocido al Estado de Palestina como nosotros reconocemos el suyo”.

El líder palestino ha expuesto de nuevo que acepta “una solución de dos Estados en las fronteras de 1967 y el Estado de Palestina con su capital en Jerusalén este”. Y le ha explicado a Trump que “el conflicto no es entre religiones (…) El problema no es entre nosotros y el judaísmo, es entre nosotros y la ocupación”.

Antes de despegar rumbo a Italia, Trump ha puesto énfasis en “los lazos del pueblo judío con esta Tierra Santa”. “El pueblo judío ha sufrido persecución, opresión y se ha buscado su destrucción (…) Os hago esta promesa: Mi administración apoyará siempre a Israel”, ha sentenciado.