Trierweiler saca las uñas

Valérie Trierweiler no soporta la traición. Lo dejó claro a lo largo de las 300 páginas de Merci pour ce moment (Gracias por este momento) que la exprimera dama escribió en un tiempo récord para ajustar cuentas con François Hollande tras la infidelidad del presidente con la actriz Julie Gayet.

Y volvió a demostrarlo durante una reciente trifulca que la prensa francesa recrea esta semana con todo lujo de detalles. El episodio que la ha vuelto a poner en el ojo del huracán se produjo el 28 de septiembre, cuando el adjunto a la alcaldía de París, Jean Luc Romero, celebraba su primer año de matrimonio con Christophe Michel en el Banana café, un bar gay del centro de París. A eso de las nueve de la noche, según el relato de France Dimanche, llegó una de las invitadas: Valérie Trierweiler. Apareció «sonriente, simpática y con ganas de fiesta» y durante buena parte de la velada se divirtió y mostró una imagen de mujer «liberada y feliz» como si hubiera ya pasado página a sus horas de angustia tras la separación del presidente de la República.

Hasta el punto de que, tras un breve discurso de los dos esposos, es ella quien toma la palabra para lanzar un mensaje de esperanza «Cuando veo a Jean-Luc y a Christophe, todavía creo en el amor», prosigue la publicación, un medio perteneciente al grupo Lagardère, también dueño de Paris-Match, la revista en la que colabora Trierweiler.

Al avanzar la noche y el alcohol, las cosas se torcieron al detectar Trierweiler la presencia de dos excolegas con las que probablemente no contaba toparse. Valérie de Senneville, periodista y esposa del ministro de Finanzas, Michel Sapin, y Nathalie Mercier, su exconsejera de prensa, estaban en una mesa situada en un rincón del local. Las dos rompieron su relación con la exprimera dama tras la publicación de la polémica obra que deja a Hollande a la altura del betún y la ha convertido en millonaria.

Improperios

Ni corta ni perezosa, una Trierweiler en plena forma se lanzó como una fiera contra ellas en busca de bronca. Primero se precipitó sobre su tocaya, a la que arañó en el brazo mientras le gritaba: «Te voy a destruir, a ti y al gran cerdo de tu Sapin». Mercier intentó calmarla, pero una amenazadora y acalorada Trierweiler le respondió con una lindeza: «Tú, gorda, lárgate de aquí, que no tienes nada que hacer. Seguro que ya has ido a ponerte a los pies de esa puta de Gayet!». Aunque parecía que los improperios marcaban la traca final, aún hubo más. Minutos después, Trierweiler volvió a la carga y se metió con su exconsejera de prensa, la zarandeó, la cogió por el cuello y le gritó: «¡No eres más que una traidora!». Pese al nivel de violencia descrito por algunos de los asistentes, la protagonista de este lío declaró al satírico Canard Enchaîné que se había tratado de «una simple discusión».