TOMA DE POSESIÓN EN SANTIAGO

Bachelet: "Puede haber un Chile diferente y mucho más justo"

Isabel Allende, hija del presidente derrocado por la dictadura de Pinochet, coloca la banda presidencial a Michelle Bachelet, hija de un militar leal a Allende.

Isabel Allende, hija del presidente derrocado por la dictadura de Pinochet, coloca la banda presidencial a Michelle Bachelet, hija de un militar leal a Allende. / VRC AB**MEX**

ABEL GILBERT / Buenos Aires

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"Creemos que puede haber un Chile diferente y mucho más justo. Quiero que el día que vuelva a dejar esta casa, ustedes sientan que su vida ha cambiado para mejor. Que Chile no es solo un listado de indicadores o estadísticas, sino una mejor patria para vivir". Caía la noche en Santiago cuando Michelle Bachelet, frente a una plaza de la Constitución repleta, le habló por primera vez al país como presidenta en funciones. Poco antes Bachelet, hija de un militar leal a Salvador Allende, el presidente derrocado por la dictadura de Augusto Pinochet, recibía entre aplausos la banda presidencial de manos de Isabel Allende, hija del dirigente y primera mujer en presidir el Senado chileno.

El segundo Gobierno comenzó con un discurso de unos diez minutos en el que ratificó su decisión de cumplir con el programa electoral que la condujo por segunda vez al Palacio de La Moneda. "Vamos a llevar adelante el programa de Gobierno que hemos comprometido con ustedes, vamos a hacerlo en un marco de diálogo con todas las fuerzas políticas y sociales. Pero un diálogo que tiene como objetivo avanzar en el cumplimiento del programa, ese es nuestro mandato ciudadano y para eso he vuelto a ser presidenta de Chile", aseguró.

Educación y Constitución

En medio del clima festivo que siguió a la austera toma de posesión en la ciudad de Valparaíso, a unos 150 kilómetros de la capital chilena, donde estuvieron presentes 20 jefes de Estado y Gobierno, Bachelet ratificó también su compromiso con la reforma educativa, vínculada a la lógica del lucro desde tiempos de la dictadura militar.

"Sé de primera mano lo que la educación pública puede ofrecer a una persona. Yo soy hija de la educación pública, y mi compromiso es que en Chile todos tengamos esas mismas oportunidades", dijo. Con ese mismo razonamiento, defendió la necesidad de que el país tenga una Constitución redactada completamente en democracia. Todavía rige, aunque con enmiendas, la Carta Magna dictada a imagen y semejanza del general Augusto Pinochet. "Sé de primera mano lo que es luchar por una patria libre, sin enclaves autoritarios, donde la mayoría no sea vetada por una minoría y mi compromiso es que esta plaza, sea la Plaza de la Constitución, de una Constitución nacida en democracia", expresó.

Contra las desigualdades

La jefa de Estado también se refirió a otro de los grandes ejes de su programa, la reforma tribuitaria, y dijo que los que tienen más deben contribuir más, para así lograr derrotar la desigualdad.

Después de cuatro años de Gobierno de la derecha, Bachelet vuelve al poder para encontrarse con un Chile diferente. Mucho más dinámico. Una sociedad que le exigirá algo más que una sonrisa ecuménica. "A cumplir, a cumplir, las promesas a cumplir", escuchó la presidenta corear a sus simpatizantes. Bachelet sabe bien qué significan esas palabras. Cuando la abordó el periodista de la televisión pública, dijo que había asumido el cargo "con la responsabilidad" de hacer realidad el programa de transformaciones. En los próximos tres meses, el tiempo que se ha fijado para poner en marcha 50 medidas de caracter urgente, se medirá la distancia entre la realidad y la de las aspiraciones.

El Gobierno de Nueva Mayoría, el conglomerado que reune a los socialistas, en sus diferentes acepciones, la Democracia Cristiana y el Partido Comunista, que regresa al Gobierno después de 41 años, encuentra un escenario económico inmejorable. Chile es un miembro de la OCDE que, bajo la Administración de Sebastián Piñera, tuvo una tasa media de crecimiento del 5%. Este año, el PIB subirá el 4,1%. Pero el país sigue siendo muy injusto en la distribución de los ingresos y con una pésima legislación laboral que ni siquiera garantiza el derecho a huelga. Bachelet ha prometido una reforma tributaria que el empresariado ha aceptado a regañadientes. Los sindicatos esperan que el Gobierno extirpe del código de trabajo las leyes pinochetistas.

"Respetar el mandato del pueblo"

Bachelet ganó las elecciones en parte porque supo interpretar las aspiraciones de la calle, el lugar donde Piñea y su Gobiero de derechas fue simbólicamente derrotado. Las manifestaciones en favor de una educación pública y de excelencia hicieron temblar a Chile. Nueva Mayoría sabe que esa es una de las reformas más esperadas. Los cuatro dirigentes estudiantiles que ocupan un escaño en el Congreso no se han cansado de repetir que estarán con un pie en la legislatura y otro en la calle. Camila Vallejo, una de las principales dirigentes del sector, ahora diputada, fue clara en ese sentido: "El pueblo estableció un mandato, se expresó por el fortalecimiento de la educación pública, por el terminar con el lucro, por la creación de una red de formación técnica de carácter estatal. Por lo tanto, hay que respetar el mandato del pueblo".

"Basta de hechos, exijo sueños", dijo ayer el expresidente Ricardo Lagos, convencido de que esos sueños son posibles en el Chile de hoy. No lo dijo para contradecir a Bachelet. Todo lo contrario. Cree que la presidenta tiene una visión estratégica y una amplia coalición detrás. "Un gobernante tiene que tener una mirada larga, el país hay que mirarlo más allá de una elección presidencial y es a eso a lo que apunta el programa", afirmó.