Los atentados terroristas dan alas a la islamofobia en Francia

MUSULMANES

MUSULMANES / AFP / JACK GUEZ

IRENE CASADO SÁNCHEZ / PARÍS

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Las manifestaciones racistas y xenófobas en Córcega, la instauración del estado de emergencia permanente o el proyecto de reforma de la ley constitucional que ambiciona retirar la nacionalidad a los binacionales nacidos franceses y condenados por terrorismo, han reabierto un debate en Francia. Se trata de la islamofobia. “Lo que ha sucedido y sucede en Córcega es una expresión exacerbada de la islamofobia presente en toda Francia, no es algo que haya aparecido de la noche a la mañana, es la continuidad de un ciclo”, explica a EL PERIÓDICO Yasser Louati, portavoz del Colectivo contra la Islamofóbia en Francia (CCIF).

Para este colectivo “la islamofóbia se ha convertido en el racismo aceptable en Francia". "No podemos ser antisemitas, no podemos criticar a los árabes o a los negros, pero hemos encontrado un racismo aceptable y tolerable: es la islamofobia”, explica Louati. En este contexto, el CCIF denuncia un incremento “dramático” de la discriminación y persecución contra las ciudadanos de religión musulmana en Francia. Desde los atentados del pasado 13 de noviembre, la organización ha registrado 22 casos de “actos islamofóbos” en el marco del estado de emergencia.

“No hay que olvidar que fue instaurado un día después de los atentados y que ha puesto en el centro de la diana a los ciudadanos de confesión musulmana. No podemos esconderlo. Durante dos semanas y media, la mayoría de las personas que fueron investigadas eran musulmanas, como los comercios y mezquitas”, denuncia Louati. Por lo que, a los ojos de la opinión pública, “el enemigo es el musulmán”. Desde el colectivo explican que las investigaciones y registros policiales no se han llevado a cabo “basándose en pruebas tangibles, sino sobre la base de la sospecha"."Los comisarios que han ordenado estas investigaciones lo han hecho basándose en una pertenencia real o supuesta a la religión musulmana”, añaden.

Los musulmanes, el centro del problema

Tras la instauración del estado de emergencia, el Ejecutivo de François Hollande anunció su propósito de reformar la Constitución para poder retirar la nacionalidad a los binacionales franceses condenados por atentar contra los principios fundamentales de la República. “La evolución del debate ha mantenido a los musulmanes como el centro del problema, incluso si también hubo musulmanes entre los asesinados. Los terroristas no diferenciaron entre musulmanes y no musulmanes, entre negros y blancos, franceses de origen o franceses de adopción –recuerda Louati-. Sin embargo, el Gobierno se adelantó pidiendo una reforma constitucional de manera precipitada, contrariamente a las opiniones de algunos especialistas, también de varios parlamentarios y abogados constitucionalistas”.

Esta medida, vieja reivindicación del Frente Nacional, fue rechazada por el actual presidente de la República y por su primer ministro, Manuel Valls, cuando Nicolas Sarkozy, en 2010, la colocó sobre el tablero. ¿Por qué entonces el Ejecutivo socialista defiende esta polémica reforma? Para el CCIF, se trata de “una carta la política, pretende jugar con el miedo de los franceses y dividirles”. Según el colectivo, se rompe así con uno de los principios fundamentales de la República francesa: la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley: “Solo quieren crear una especie de símbolo, pero no se dan cuenta de que están creando dos categorías de franceses”, alerta el portavoz.

“¿Piensa de verdad el Ejecutivo que esta medida evitará nuevos atentados? ¿Qué un terrorista va a dejar de cometer un atentado si le amenazamos con perder su nacionalidad?”, se indaga. “No hay que olvidar que estos individuos atentan porque detestan esta nacionalidad. No se trata de proteger a los franceses, sino de dividir a la comunidad nacional creando dos categorías de ciudadanos”. Por lo tanto, para el CCIF, se trata de “una medida sin sentido, que no es productiva, pero que nos hará pagarlo muy caro a nivel social en Francia”.

Los ciudadanos franceses de religión musulmana ya conocen las consecuencias de este discurso político. “La situación es inquietante”, asegura el portavoz del CCIF. “Aparece ahora un problema de identidad, personas que esconden sus convicciones religiosas para conservar su trabajo, niños que se preguntan si son o no franceses porque sus padres son musulmanes, a lo que suma la persecución y las agresiones contra mujeres con velo”. La islamofobia aparece así en un escenario en el que “todo está aceptado” y la “impunidad” se ha convertido en algo cotidiano. “El Gobierno es responsable de no proteger a  todos y cada uno de sus ciudadano”, sentencia Louati.