PRESIÓN DE LOS ACREEDORES

Tensión entre Tsipras y los acreedores por las nuevas exigencias del FMI

El primer ministro griego muestra su "disgusto" por la negativa del presidente del Consejo Europeo de convocar una cumbre extraordinaria de la UE

Tusk (izquierda), junto a Tsipras, en un viaje del primera a Atenas.

Tusk (izquierda), junto a Tsipras, en un viaje del primera a Atenas. / periodico

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El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha expresado su "disgusto" con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, por no convocar una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno para abordar las dificultades que está teniendo Atenas a la hora de negociar con los acreedores el tercer rescate.

Tusk solo se ha comprometido a llevar a cabo una reunión en los próximos días del Eurogrupo, formado por los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro.

“Estoy convencido de que todavía hay más trabajo que hacer por parte de los ministros de Finanzas”, ha dicho Tusk. En similares términos se ha expresado el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Shaüble, quien ha señalado que todavía hace falta más tiempo para las negociaciones, a pesar de que estas se encuentran en un punto muerto.

Las conversaciones entre los acreedores y Atenas se suspendieron anoche ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo sobre el plan de contingencia adicional exigido por el Eurogrupo por valor de 3.600 millones de euros.

Se trara de medidas económicas extraordinarias que deberían tomarse en el caso de que Grecia no obtenga un superávit primario del 3,5% del PIB en el 2018, como está fijado en el tercer rescate.

MEDIDAS DE AHORRO

Los acreedores, sobre todo el Fondo Monetario Internacional (FMI), desconfían que el Gobierno de Atenas logre ese porcentaje de superávit, por lo que exige que se pongan en marcha un paquete de medidas de ahorro “preventivas”.

El FMI cree que las medidas ya acordadas, como la reforma fiscal y de pensiones, la privatización de bienes públicos y la venta de la cartera de créditos morosos de la banca griega a los denominados fondos “buitre”, son insuficientes para que Atenas cumpla con sus compromisos. Opinión que, sin embargo, no comparten ni la Comisión Europea o el Banco Central Europeo.

En todo caso, la situación financiera de Grecia es crítica. Según fuentes del Gobierno, en las arcas tan solo hay efectivo disponible hasta finales de mayo o principios de junio. Y en junio Atenas deberá afrontar un pago al FMI de unos 300 millones de euros, pero será en julio cuando la situación se pondrá especialmente delicada si hasta entonces el país heleno no ha obtenido un nuevo tramo de ayuda del rescate, por valor de 5.400 millones de euros.